martes, 15 de octubre de 2013

IGNACIO EIZAGUIRRE, OTRA ESTRELLA EN EL FIRMAMENTO

Publicado en el número 41 de Kaiser Football
Ignacio Eizaguirre, un portero de leyenda
La muerte dispara fuerte. Un tiro seco, malintencionado, de esos que impiden ver tus defensas y se atreven a dibujar neas imposibles en su trayectoriaEl balón se presenta ante él respetuoso, emocionado, sabiendo que al engañar a aquellos reflejos de 92 años acaba con la vida de aquél mito. Quiere besar la red pero no acabar con el portero. El reloj de la vida marca el tan temido minuto 90. No hay descuento. No hay tiempo para más. Sólo para que Ignacio Eizaguirre se levante, guarde la zamarra del 1, deportivamente de la mano a su ejecutor y se despida para siempre de nosotros.
 
Se va tranquilo, sonrientecontento por la vida que deja tras de sí y repasando una carrerenganchada a los 3 palos. Se va para reunirse con los suyos. Con Epi, Mundo y Gorostiza. Para echarle en cara a Puchades porqué se fue sin esperarle con un guiño susurrarle al oído ¡Amunt Valencia!. Para abrazar a Zarra y su gol a los ingleses. Y sobre todo para charlar con aquél tipo con aires de galán de cine de época, al que el fútbol parecía haber rescatado de un cartel de película de los 50 para hacerle un gato en Maracaná. Ignacio Eizaguirre se acerca a Antonio Ramallets, recién aterrizado por aquellos mundosSe saludan y aprietan sus manos. El tiempo ha suavizado aquella piel trabajada que atrapaba los ásperos balones de la época. No querían guantes. Necesitaban sentir el balón, acariciarlo como a una mujer. De esas manos saldrán siete Zamoras y una noble competencia por la portería a mitad de siglo pasado en aquél Mundial de BrasilDos partidos para el vasco, cuatro para el catalán. Brasil 1950, dos porteros para un puesto, Ramallets y EizaguirreBrasil 2014, la historia se repite. Casillas y Valdés. Pocos lugares son tan inamovibles como la portería, prisionera de guardianes para la eternidad. Arconada, Zubizarreta y Casillas echaron el candado las tres últimas décadas y guardaron la llave junto a su brazalete de capitán. Tan sólo unos valientes han osado discutirles su hegemonía con España, sin mucho éxitoPero algo está cambiandoEl destino ha querido que 63 años después, a meses vista de la reedición de aquél lejano Campeonato del Mundo de 1950 el debate vuelva a estar encima de la mesa. Y ha querido que con dos meses de diferencia,Ramallets e Izaguirre, protagonistas por aquél entonces, nos dejaran huérfanos de aquél pedazo de historia con la que vivimos orgullosos hasta los éxitos recientes. Ramallets pregunta intrigado cómo sigue todo aquello. Cuando él se marchó a primeros de Julio, la cosa no pintaba bien para Iker. Le habían ganado el puesto y andaba envuelto en un enfrentamiento interno con su entrenador. Lejos de allí Víctor Valdés levantaba su quinto Zamora. Eizaguirre le confirma que dos meses después la situación no es que no haya cambiado para el de Móstoles sino que incluso ha podido empeorar. La llegada de un nuevo inquilino al banquillo madridista no ha revertido la situación  mientras que el guardameta azulgrana firma las mejores actuaciones de su carrera en la que será su última temporada en Can Barça. Hablan, discuten e intercambian opiniones, aunque sin duda alguna coinciden en que la gran beneficiada en todo esto es la Selección Española, que como en 1950 contará con dos porteros de garantías para el Campeonato.
 
Desde allá arriba esperarán impacientes el comienzo del Mundial y observarán emocionados el desenlace del debate por un puesto en la portería. Todo ha cambiado mucho. Los porteros llevan su nombre grabado en los guantes y son la imagen de multimillonarias firmas comerciales. España no es aquél país que se desperezaba en tiempos de posguerra y Brasil no es la única favorita. Sólo Maracaná ahora bañada en oro y brillantes, conserva la esencia del fútbol de entonces.Casi todos los protagonistas de aquél 1950 ya caminan entre las nubes y sienten la misma añoranza por aquél Campeonato. Cada uno con sus vivencias y recuerdos. Zizinho y Friaça todavía andan preguntándose cómo pudo sucederObdulio Varela sigue sacando brillo a su Copa, dibujándoles aún hoy una sonrisa a los brasileños.Zarra ya descansa sin el peso de un gol que fue lo único que durante muchos años sólo sabíamos relacionar con un Mundial. Ramallets y Eizaguirre se funden en un abrazo. Tras sus enormes gafas negras el gran Matías Prats no pierde detalle de lo  sucedido y ya prepara su clásico micro para dar la exclusiva con esa voz irrepetible que acompañó a varias generaciones: “Antonio Ramallets ya tiene competencia en el cielo. Ignacio Eizaguirre, otra estrella en el firmamento”.

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