viernes, 15 de noviembre de 2013

ABDÓN PORTE, LA VIDA POR UNOS COLORES

Publicado en el número 42 de Káiser Football
Abdón Porte o lo que es lo mismo, dar la vida por unos colores
Aquél 4 de Marzo de 1918 Abdón Porte se bajó de aquél tranvía que le dejó a las puertas del Parque Central. Había abandonado prematuramente la sede del club durante la habitual celebración de la victoria, aquella tarde por tres a uno ante Charley. Pasaban varios minutos de la una de la madrugada. Atravesó la puerta principal y caminó despacio hacia el centro del campo. A cada paso el recuerdo de una acción por su Nacional. Un corte abajo al delantero que ya se iba. Un despeje de cabeza entre tres rivales subiendo hasta las estrellas que esa noche le miraban preocupadas. Una gota de sudor cuando dentro ya no quedaba nada. Abdón Porte amaba a aquél club y su figura se engrandecía en cada partido. Desde la posición del aguerrido 5 uruguayo había hecho de su forma de vida defender la camiseta de Nacional. Y el público entendió aquello como algo excepcional y durante aquél tiempo lo aclamó como a un héroe. Hasta que un día el corte abajo llegaba cuando el delantero ya había pasado y aquellas estrellas que esa noche le miraban con desazón desaparecían sobre la cabeza del imponente salto ganador de cualquier rival. Entonces la grada, que esa noche  le daba el frío aliento del silencio, cambió los aplausos por las quejas que llevaron a la Comisión Directiva a prescindir de la capitanía y la titularidad de Porte en favor de Alberto Zibechi. Abdón entendió que ya no podía ayudar más a su Nacional y eso le destruyó por dentro. Aquella noche estrellada se detuvo en el centro del terreno que durante siete años custodió para el tricolor. Y allí donde su vida cobraba sentido cuando vestía los colores de Nacional se pegó un disparo en el corazón para cobrar con su alma el dolor sentido de una vida sin esos colores.

La historia de Abdón Porte, mezcla de la locura más irracional y el romanticismo más puro, es el espejo en el que el orgulloso hincha de Nacional quiere verse reflejado. Porque el hincha de Nacional sabe de dónde viene y adónde va. Se sabe de un país pequeño en lo geográfico pero grande en su espíritu, siempre a la sombra de los poderosos de aquél continente. Son conscientes del rumbo que ha tomado el fútbol actual, esclavo del poder de las grandes potencias y la dificultad que encuentra una institución como la suya para codearse en una sociedad cada vez más globalizada. Entienden que jamás pueden perder ni sus raíces ni las señas de identidad que un día les hicieron grandes. Sin eso están perdidos. Y por eso el hincha del tricolor las exhibe orgulloso al mundo cada vez que puede. Nos dirá que en la selección que consiguió su primera victoria el 13 de Septiembre de 1903 ante Argentina, sólo se vistieron jugadores de Nacional. Que varios clubs se negaron a ceder a sus jugadores al combinado charrúa y tuvieron que ser los jugadores del tricolor los que representaran a Uruguay en aquél 3-2 para la historia. Que los primeros jugadores gringos en participar en aquél fútbol uruguayo tan británico entonces, uno de ellos Abdón Porte, jugaran con la camiseta de Nacional. Nos contarán que en 1813 en lo que se conocía como la Quinta de la Paraguaya, en la actualidad el Gran Parque Central, el Jefe de los orientales José Gervasio Artigas comenzó a construir los cimientos del actual país y su bandera dará sus colores a Nacional y que desde ese círculo central donde Abdón Porte sintió que fútbol y vida se le escapaban para siempre, el balón de la historia mundialista rodará por primera vez. Y hasta gritarán orgullosos que la bandera más grande jamás tejida será la suya para arropar hasta 3 tribunas del Gran Parque Central.
 
Es día de partido y la tribuna Abdón Porte se llena de vida tras una de las porterías. Con la ayuda de pequeñas aportaciones y mucha fuerza de voluntad, un grupo de aficionados han construido una gran bandera que han situado de forma perfectamente visible en ese fondo que ellos habitan. Lleva los colores de Nacional. A un lado la imagen de Abdón Porte, y sobre el blanco central se puede leer en rojo: “Por la sangre de Abdón”. Salta el equipo al césped. El Parque Central se viene abajo para apoyar a sus jugadores. Hay que alentarlos hasta el final. Y si las fuerzas flaquean allí está la imagen de Abdón para recordarles que él fue capaz de dar la vida por el escudo de ese equipo. Ese que sobre dos bandas azules y sobre fondo blanco lleva las iniciales de un club orgulloso de sus raíces y su historia. Las iniciales en rojo del Club Nacional de Fútbol. El orgulloso hincha de Nacional no tiene ninguna duda. Ese rojo es el de la sangre del corazón gigante de Abdón.