miércoles, 4 de julio de 2012

FERNANDO LLORENTE, LA IMAGEN DE ESPAÑA

Fernando Llorente buscará su sitio en el Mundial
Llegaba al torneo tras haber exhibido por Europa la fragancia de los grandes nueves de antaño aunque vestido de smoking y chistera. El camión de La Roja, como fue bautizado por Pepe Reina durante la celebración por el Mundial de 2010, tenía todas las papeletas allá por el mes de Abril para circular en la delantera por las carreteras de Polonia y Ucrania, ceñido en esa roja de talla equivocada. Con Villa fuera por lesión, ni la luz al final del túnel de Torres ni la dura pugna de Negredo con Soldado parecían apagar el recuerdo de aquella volea a la red de Van der Saar en San Mamés ni la mayor exhibición de un delantero centro en un sólo partido que recuerdo en los últimos tiempos, la de la semifinal de la Europa League frente al Sporting de Lisboa. Aquella noche Zarra, Dani y Urzaiz se citaron en el cuerpo de aquél chicarrón para reescribir el manual del delantero centro moderno. Pero a Fernando Llorente no le van a salir las cosas como él pensaba durante esta Eurocopa 2012 y sus únicas carreras serán de locura tras unos agónicos penalties o por la banda esperando impaciente su momento. Un momento que nunca va a llegar...

Hace un par de décadas desembarcábamos en las grandes citas del verano futbolero embutidos en el trasnochado traje de la Furia Española. Nos mirábamos al espejo, nos gustábamos y nos creíamos ese papel de espartanos patrios dispuestos a discutir el título cuchillo en mano a las grandes de siempre. Y olvidando la pelota en el vestuario acababamos por virar nuestros galeones con las velas hechas jirones y el rostro desfigurado por el infortunio de alguna maldita tanda de penalties. Como estampa significativa recuerdo la de aquél verano del 90 en Italia con nuestra máxima figura goleando por tres veces a la "potente" Corea y dándose un baño de ego con la reivindicación de su figura sobre el equipo. Aquél dedo narcisista que señalaba a su amo y a la vez nos mostraba la imagen de una España casposa que progresaba al son de la especulación de cuatro ladrillos y faraónicas exposiciones.
Por eso considero la sonrisa de Llorente una de las imágenes de España en esta Eurocopa. La estampa del chico con clase, humilde y trabajador que llegaba para consagrarse y acabó por no sacarse el peto de los suplentes ni en el avión de vuelta a casa. El hombre que lejos de pensar en su situación actual, se tragó su ego, apretó los dientes, animó sin descanso a sus compañeros y se alegró el primero del éxito colectivo. La persona que bien podría encarnar los valores de la España difícil que hoy nos toca levantar, la de la gente buena que en silencio pone su trabajo al servicio del bien común. España y Llorente quieren tener su segunda oportunidad. Las gentes de bien siempre la tienen y por eso en 2014, mientras mi país se va olvidando de que tiene una prima por Europa, estoy seguro que por las áreas del gran Maracaná un camión buscará decidido sitio para aparcar...

1 comentario:

  1. yo también quiero ser la imagen de Españaa!!!
    jjvazquez

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