tag:blogger.com,1999:blog-83475903829986584232024-03-13T23:15:35.856-07:0039 GRADOS FUTBOLLUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.comBlogger62125tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-68086370016899381032020-08-21T07:47:00.003-07:002020-08-21T07:47:52.626-07:00GREORIO, CORAZÓN ARLEQUINADO<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKueiszpAJQiKZGG2ZVBpQWqgn7ouHiANBICdZpw18Th6P1DcgJ5spDRHgW34xLk768onJ7WHE7zSNluJQcCioHWimgu7lxqlwzQssczb3wskpHmSarjlQcyKtu9ew8It5K7xPvpMDl38/s1760/AB4347A7-08AA-4022-BEA8-94B110B353E1.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Gregorio, corazón del CD.Ebro" border="0" data-original-height="1162" data-original-width="1760" height="423" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKueiszpAJQiKZGG2ZVBpQWqgn7ouHiANBICdZpw18Th6P1DcgJ5spDRHgW34xLk768onJ7WHE7zSNluJQcCioHWimgu7lxqlwzQssczb3wskpHmSarjlQcyKtu9ew8It5K7xPvpMDl38/w640-h423/AB4347A7-08AA-4022-BEA8-94B110B353E1.jpeg" title="Gregorio, corazón del CD.Ebro" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gregorio, corazón del CD.Ebro</td></tr></tbody></table><p><span style="font-size: x-large;"><b>Gregorio era un tipo especial</b>.</span> La vida arrojó sobre sus hombros la pesada carga de ser diferente. No se lo puso fácil pero le propuso sustituir sus limitaciones intelectuales por un corazón en el que cupiera todo. Él le puso el traje de arlequín, pintó sus cuadros de azul y blanco y tras aquellos cuatro muros que protegían la bien cuidada tierra de aquel terreno de juego, se lo ofreció a todo el que por allí pasaba. Rival o amigo. Alevín o Juvenil. Curtido ya por aquellos lares o recién aterrizado por los dominios del zaragozano barrio de La Almozara. Gregorio animaba a su C.D. Ebro desde aquel espacio en el que se había hecho fuerte y en el que siempre lo podías encontrar. Entre la tribuna principal y el bar en el que acaloradas conversaciones diseccionaban un gol del Buitre o el último pase imposible de Laudrup. No muy lejos de aquel banderín desde el que los saques de esquina botados viajaban buscando su destino oliendo a cerveza, cigarrillo y medio gol. Fuera entrenamiento o partido desde allí te recibía o te despedía. Hiciera frío o calor. Empapando tu cara con aquellos besos tan generosos que nos regalaba. Conocía a todos lo que por allí pasaban y todos le conocían a él. Generando la sensación de que sabía cuándo y dónde jugaba cualquiera de los equipos del club. Era su pasión. Yo desconocía su vida fuera de “El Carmen” pero apostaba a qué cada vez que enfilaba la calle Sierra de Vícor y traspasaba aquella puerta de chapa azul dejaba a un lado su otra vida y se convertía en la persona más feliz de la Tierra. Allí dentro todos le regalaban un gesto amable y tratándole igual a los demás le hacían sentir el más importante de todos. Hacía aquello tan suyo que no ocupaba ningún cargo pero parecía tener varios a la vez. Utillero, delegado...Quizás en aquella inescrutable cabeza también el portentoso delantero centro que remontaba partidos en el tiempo añadido. Era inevitable no sonreír cuando desde lo lejos lo veías golpeando con brío los dedos sobre sus piernas soñando ser el batería de Los Relámpagos. Un tipo especial.</p><p><b><span style="font-size: x-large;">Desconozco</span> </b>cuando ese corazón de arlequín tuvo su última función. No se cuándo los niños dejaron de recibir aquellos interminables y sinceros besos ni cuando el esforzado músico ofreció su último concierto. Solo sé que un día, sobre uno de los muros de “El Carmen”, junto a la antigua puerta de chapa azul, descubrí un enorme grafiti que perfilaba su cara sobre el texto In Memoriam. Cuando Gregorio marchó el barrio supo dar su pequeño homenaje inmortalizando en sus paredes a quién con tanto orgullo llevó el nombre del equipo de sus amores. Todo ha cambiado desde entonces. Las cicatrices de aquella tierra son ahora los quemazos del tupido verde artificial. Los niños perfectamente uniformados se desafían con peinados imposibles y dejan en un vago recuerdo la inverosímil mezcla de colores de los chandals de tergal de otra época. Ronaldo y Messi son actualmente los protagonistas de unas charlas que mueren engullidas por la misma cerveza y el mismo humo desde un bar que en estos tiempos enseña orgulloso en sus vitrinas las conquistas de los equipos del club. Varias arrugas y miles de canas se dibujan ahora en muchos de los que allí se refugian y que por aquél lejano tiempo ya se dejaban ver por allí. Todo ha cambiado mucho. Tanto que el primer equipo, buque insignia de la entidad y siempre espejo de su cantera, se despega del barrio que lo vio nacer y hacerse inexpugnable. Empujado por los vientos de un ambicioso proyecto ha desplegado velas y ha zarpado río arriba para atracar en otro puerto y desde allí conquistarlos a todos. Ese espejo en el que la chavalería de La Almozara se miraba ilusionada por llegar a ser algún día, devuelve tras los nítidos colores y la reconocible silueta de su escudo, un reflejo algo distorsionado a lo que siempre había ofrecido</p><p><b><span style="font-size: x-large;">El Club Deportivo Ebro</span></b> sigue enarbolando una de las principales banderas del fútbol formativo zaragozano siendo uno de los emblemas visibles y orgullosos del humilde barrio de La Almozara. Con gente que dedica muchas horas de su tiempo para que todo marche bien. Como Gregorio hizo gran parte de su vida. Si pudiera abandonar por un momento ese grafiti que lo hizo inmortal y echara un vistazo a todo aquello, quizá desde aquél singular mundo que almacenaba en su cabeza no entendería muchas cosas. A su puzzle de piezas azules y blancas le faltaría la de sus chicos más mayores que ahora, lejos de allí, bañan en bronce lo que no hace mucho era bronca y barro. Mientras intentara entender el porqué, él seguiría en su hogar, en El Carmen, animando a todos aquellos chavales del futbol base. Incluso si madrugara, casi cuando el sol todavía no ha salido, alentando a los veteranos que una vez fueron esos niños y que ahora con siluetas de formas más redondeadas y la misma ilusión de entonces siguen disfrutando del fútbol en la que siempre han sentido como su casa. Seguro que a esas horas el incansable Gregorio ya llevaría un tiempo por allí impaciente esperando a que empiece a rodar el balón. Tocando su batería. Regalando abrazos. Sintiéndose especial. Y pintando su orgulloso corazón arlequinado con sus dos únicos colores. El azul y el blanco de su Ebro.</p><p><br /></p>LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-39451819100847977682020-05-09T17:19:00.001-07:002020-05-10T01:16:37.974-07:00SERGI, EL ALMA DE AQUELLA RECOPA<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiq2R2nej4zOiNpYN4BMrnHMursbAa10qyedGeNFbdjDfHamYkQvdx-yXmHW6GhMSY8Hi5l92dmboUq96OG58iSFYCVnF-LLDkK7EaxHy_fgtJ_pn61CYmwTUwkLhJc3WkbAa-l-5MRED0/s1600/Zaragoza+1995+05+10.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1127" data-original-width="1592" height="452" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiq2R2nej4zOiNpYN4BMrnHMursbAa10qyedGeNFbdjDfHamYkQvdx-yXmHW6GhMSY8Hi5l92dmboUq96OG58iSFYCVnF-LLDkK7EaxHy_fgtJ_pn61CYmwTUwkLhJc3WkbAa-l-5MRED0/s640/Zaragoza+1995+05+10.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<b><span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif;">P</span><span style="font-family: "times new roman" , serif;">arís, 10 de Mayo de 1995</span></span></b><span style="font-family: "times new roman" , serif;">. Sergi López no pierde la sonrisa aún de sobras
sabedor a esas alturas de la tarde que un puesto en aquél once por
delante de Andoni y a espaldas de Aragón pertenece a la utopía de
sus sueños. Esos días por su cabeza Ian Wright no se ha marchado ni
una sola vez y ha visto volver a Tony Adams varias veces de vacío a
sus dominios después de su duelo en las alturas con aquél gigante
inglés tras un nuevo córner en contra. Pero la realidad era otra y
asomarse por aquél equipo titular acompañado de las molestias de
una interminable lesión era una misión titánica aún para un
hombre de la clase del central de Granollers. En aquella mitad de los
noventa Zaragoza ya recitaba cual sagrado rito litúrgico los nombres
de sus héroes contemporáneos. La mayoría forjados desde el vértigo
de vivir asomado al precipicio de la Segunda, sufrir la blanca y
alargada figura de Urío o besar la gloria desde el punto de cal una
noche por Madrid. Al grito de Cedrún en la portería y con la pausa
y el aliento justo para separar entre líneas, le seguían
inequívocamente y a toda velocidad una cascada de nombres que morían
en el once de Higuera. Era un fútbol de botas negras y tatuajes de
tacos marcados en la piel como mordiscos, tan cercano y a la vez
lejano en el tiempo donde el aficionado reconocía al dos como
centinela del flanco derecho, al ocho como experto llegador y al
nueve como un finalizador implacable. Al cuatro le seguía el cinco
y no el diecinueve, al siete el ocho y así sucesivamente. Cosas de
la “locura” de aquél lógico orden de los números que por
entonces regía en el fútbol. Aquellas líneas defensivas de
entonces parecían vivir allí, delante de su portero, atravesadas
por el mismo hierro que las fijaba eternamente a los costados de los
pequeños estadios de madera en aquellos partidos de bar, bola de
acero y 25 pesetas. Inamovibles. Sergi tenía a dos mariscales por
compañeros en el Real Zaragoza que le cerraban el paso y que aquella
noche tenían como objetivo común gobernar el cielo de París. Uno
llegó para hacer la mili y cambió el cetme por el honor de vestir
473 oportunidades de azul y blanco. Su compañero en la zaga aterrizó
desde la Argentina y encajó como un guante en un equipo al que el
espejo del éxito le devolvía un exuberante reflejo de campeón.
Xavi Aguado y Fernando Cáceres. Casi nada</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><b><span style="font-size: large;">Las
20:15 se acercan inexorablemente</span></b>. Sergi afloja el nudo de aquella
corbata a rayas que la proximidad del momento parecía apretar más
de lo normal. Sí, combina de lujo con el traje azul oscuro que
Alejandro ha preparado para aquella importante cita, pero las mejores
galas para esa noche todavía descansan en un baúl cuidadosamente
dobladas por el esforzado Gregorio, con un león rampante cosido a la
altura del corazón. Elástica blanca y calzón azul. El Parque de
los Príncipes busca su rey. El Arsenal, viaja con su conquista de un
año atrás con la intención de airearla por tierras francesas y
regresar a las islas para volver a entregarla en Highbury. El Real
Zaragoza pretende abandonar la nostalgia y dejar en un suspiro el
recuerdo de las tres décadas del triunfo Magnífico en la Copa de
las ciudades en Feria, última conquista maña por tierras de la
vieja Europa. Desde las entrañas de aquél Estadio Víctor Fernández
se dispone a poner nombre y apellidos a los elegidos para la gloria.
Y el bueno de Sergi, conocedor de que su ubicación no estará sobre
el verde o ni tan siquiera en el banquillo esperando una oportunidad,
aguarda impaciente. Víctor concluye y Sergi confirma sus
predicciones. Pero como su particular pasión por el fútbol y su
inabarcable optimismo no acaban vestidos de corto, tiene un plan. En
momentos como aquél en los que el futbolista se abandona a sus egos
cuando sabe que no será protagonista él se pondrá a remar con
todos aquellos que habían ido hasta allí para conseguir el objetivo
común. Entiende que los futbolistas son los actores principales de
ese espectáculo pero que el corazón de este deporte pertenece a los
aficionados y sabe que allí fuera 17000 aragoneses están empezando
a ocupar los asientos del fondo Boulogne para dejarse la vida durante
las dos próximas horas. Y lo tiene decidido. Si no puede ayudar
desde abajo lo hará entre ellos. Que nadie le espere en ninguna zona
reservada para jugadores no convocados. No necesita de atenciones ni
agasajos. Él esa noche la quiere vivir entre el aragonés de los
1000 kilómetros a las espaldas, con el de la garganta rota y la cara
pintada de azul y blanco, con el de Andorra, Daroca o la locura de
los Ligallo. Arenga a sus compañeros y abandona aquél vestuario.
Sortea varias líneas de seguridad y megáfono en mano se instala en
el fondo que aquella Armada Invencible ha preparado para hundir las
naves del pérfido inglés sobre aguas francesas. Todo lo que
aconteció a partir de ese momento se transmite ahora de padres a
hijos como algo simplemente irrepetible dentro de la sagrada historia
del Real Zaragoza. Una batalla cuerpo a cuerpo a 120 minutos. Nayim y
la parábola de todos los tiempos sacada del libro de los golpeos
imposibles al que solo los elegidos tienen acceso. No quedaba tiempo
para nada más. Los penaltis esperaban. El inglés del bigote
desplomándose impotente dentro de aquella portería. Las
inconsolables lágrimas de Gustavo. La soledad de Cáceres frente a
aquellos 17000 ofreciendo la Recopa colgado desde lo alto de aquel
larguero. Y la estampa de ese futbolista en la grada, megáfono en
mano, con alma de barra brava, apasionado de la vida y enamorado del
fútbol en toda su extensión animando a sus propios compañeros</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><b><span style="font-size: large;">Hoy
aquella gesta</span></b> que nos hizo grandes de Europa cumple veinticinco años.
Desde las cavernas de la división de plata el club ha visto como el
fútbol ha cambiado de velocidad y le ha pillado con el paso
cambiado, reconstruyendo la casa en ruinas que una infame gestión
dejó como herencia. Rehaciendo los cimientos cada verano para ver si
ese año toca. Si algo ha quedado claro en todo este tiempo es que la
masa social del Real Zaragoza es su principal y más importante
activo. Y que la unión del vestuario con la grada es una de las
llaves del éxito. Aquella noche en París, Sergi lo tenía claro.
Cuando afición y equipo van de la mano son imparables. Y él sólo
entendía el fútbol desde esa identificación. Justo el año que la
Recopa de París cumple un cuarto de siglo y aunque la situación
dista mucho de ser la misma, el Real Zaragoza camina lanzado hacia la
Primera División y la comunión entre equipo y grada guarda
estrechas similitudes con la que Sergi demostró aquella noche en
París. El pesimismo se ha echado a un lado y tanto la gente de la
casa como los que como Sergi han venido de fuera, están plenamente
identificados con la ciudad y su afición. El destino ha querido que
varios integrantes de aquél equipo de leyenda formen parte del
actual club. Belsué sigue gobernando su banda derecha ahora varios
metros hacia afuera y con un brazalete de Delegado atado a su brazo.
Loreto, entonces a la sombra de Esnaider es ahora el fiel escudero de
Víctor Fernández, el mismo capitán de barco que nos hizo
campeones. Ese que hace muy poco, cuando todo se teñía de negro,
dejó su reputación en un cajón y se tiró de cabeza a una piscina
con cuatro dedos de agua en la que se ahogaba el equipo de su vida.
Hastiado por las lesiones, Sergi abandonó el fútbol un año después
de aquél éxito en París. Vivió varios años en Argentina y dicen
que se dejaba ver a menudo detrás de alguna portería bancando a
algún equipo local de la zona. Nos dejó muy joven, con apenas 39
años, cuando el tren de la vida se lo llevó por delante en
Noviembre de 2006 en su Granollers natal. Ahora estaría orgulloso de
ver cómo funcionan las cosas. Si siguiera entre nosotros seguro que
se pasaría de vez en cuando por la vieja Romareda y sería el alma
de la joven grada de animación. Sin camiseta, enarbolando una enorme
bandera zaragocista o arengando a las masas con su viejo megáfono hasta el ascenso final.
En ese fondo donde muchos ni habían nacido cuando todo un campeón
de la Recopa entendió que su sitio en aquella final del 95 estaba entre
la gente que se cae y se levanta con su equipo. La que sin su presencia nada de eso podría suceder y lo vive con apasionada desmesura. Sin esa pasión, Sergi jamás encontró otra forma de dar sentido al fútbol y a su propia vida</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-1754069388685448562018-06-11T18:02:00.001-07:002018-06-11T18:02:04.754-07:00VACÍO<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEZ2d-aXQf9dKblpR6E4_jYsBDt3QS4n-U76tVMIDe3Wbtmb9JSK-rpE4z1sWMjFdiVlb_JLi1KZJG3xI3udpsfbzbsEJC1kN4iJRTwrbz9IRYxvJX_Aw3Our_MAguNTiyHfpJDcg-_RY/s1600/1289859_2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="510" data-original-width="727" height="448" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEZ2d-aXQf9dKblpR6E4_jYsBDt3QS4n-U76tVMIDe3Wbtmb9JSK-rpE4z1sWMjFdiVlb_JLi1KZJG3xI3udpsfbzbsEJC1kN4iJRTwrbz9IRYxvJX_Aw3Our_MAguNTiyHfpJDcg-_RY/s640/1289859_2.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto: Angel de Castro</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"><b>Yo
pensaba que el fútbol </b></span></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">ya me lo había hecho sentir todo. Que las cicatrices ya
eran las que eran y solo servían para recordarles a los más pequeños la huella
que esta locura un día a ellos también les dejara. Que alegría, decepción,
euforia o tristeza ya habían sellado mi piel, como esos balonazos del Mikasa en
las frías mañanas de partido en los ochenta. Pero me equivocaba. No recuerdo
haber pasado tanto miedo como el pasado sábado en La Romareda. Ese miedo que esconde
bofetada o gloria y juega contigo con sonrisa macabra. No recuerdo haber gritado
un gol como el del empate del otro día. Una locura de abrazo con un señor de
barba y boina negra al que era la primera vez que veía. No recuerdo haber cerrado
un paraguas con tanta violencia y preferir que un manto de lluvia nos
envolviera. Las páginas de la épica la escriben héroes de camiseta empapada y
agua escurriendo por su cara. Tantas ocasiones perdidas... Y al final lo que
jamás recuerdo haber sentido en un estadio de fútbol. Vacío. Cuando ya no queda
nada. Vacío y mucho dolor. Mirada perdida al suelo. Esperando por vez primera
allí un hombro amigo. Se que no aparecerá, que eso me lo debo comer sólo. Pero
es cuando giro mi cabeza a la izquierda y veo al pequeño Adrián roto. Sentado
en su silla, mojado por la lluvia y por un mar de lágrimas que le caen a
chorros. Y entiendo que ese no es momento para mí, que en mi peor día en ese
campo, él me necesita. Me trago lo mío, lo abrazo y lo beso. Pienso en clásicos
como “el fútbol es así” o “unas veces se gana y otras se pierde” pero prefiero
la compañía del silencio. Sí que alcanzo a susurrarle al oído a modo de
pregunta que en Septiembre volvemos a intentarlo. Su cabeza me responde que por
supuesto. Estoy seguro que pasará el tiempo y esa imagen permanecerá conmigo
para siempre</span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"><b>Miedo,
locura, dolor.</b></span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Sube y baja de experiencias resumidas en esa sensación de vacío
inmenso que te deja un objetivo al que ves de nuevo alejarse. Pensaba que el
fútbol ya me lo había hecho sentir todo. El pasado sábado en la Romareda me
guardaba un vacío que no conocía. Lo que para mí es una sensación nueva para
Adrián supuso su primera gran cicatriz. De esas que un día mostrará orgulloso.
Quizá demasiado pronto pero espero que la primera de muchas. Señal de que ese
deporte que ama como lo hace su tío le ha hecho sentir experiencias únicas y maravillosas
que son la propia vida. Como tener ganas de romper a llorar y no poder porque
tienes que curar la primera cicatriz de tu sobrino roto por su Real Zaragoza <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-54941883382682373722018-06-09T06:03:00.001-07:002018-06-09T06:03:32.123-07:00RUBEN: ORGULLO, NOBLEZA Y VALOR<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilscdaE8aa38w8GBYPH8a4JNctybPI363Nx2VEzuPgTc5nubb8LM4nUJsUl2Dod7axiZWnHwI6h7b40rbf3O0jDkg69k_vppNT2VHZIAj5ME3rj4jlzICEHe4sobAs3_XR2c5ExpFR8sY/s1600/image1.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="640" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilscdaE8aa38w8GBYPH8a4JNctybPI363Nx2VEzuPgTc5nubb8LM4nUJsUl2Dod7axiZWnHwI6h7b40rbf3O0jDkg69k_vppNT2VHZIAj5ME3rj4jlzICEHe4sobAs3_XR2c5ExpFR8sY/s640/image1.jpeg" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"><b>Dos
años ya, sí</b></span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">. Dos años ya de aquella que ya descansa en los libros como la
derrota más sonrojante en la brillante historia del Real Zaragoza. Sentado en
mi coche, y a pesar de haber sido consciente de cada golpe recibido, necesité
escucharlo varias veces para asimilar que el ya descendido Llagostera le había
hecho media docena al Real Zaragoza para cercenar de un plumazo toda
posibilidad de jugar un Playoff de ascenso que ya tocaba con sus manos dos
horas antes. Mi “hermano” Rubén había viajado hasta Palamós para dar el último
empujón a esa más que probable clasificación. Después del desastre y tal y como
se había quedado la noche, la primera persona de la que me acordé fue de él y
en cómo tenía que sentirse en aquellos momentos. Le envié un mensaje de ánimo
que al día siguiente me devolvió escrito con los caracteres de un espíritu
irreductible como el suyo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">-Gracias
por tu apoyo hermano, ya llueve menos, ya queda un día menos para volver a Primera!!-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Y
todo eso con el cadáver encima de la mesa, todavía fresco y con 6 puñaladas en
el corazón… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"><b>Rubén
pertenece a la vieja estirpe</b></span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> del zaragocismo de sangre y cuna. Al selecto grupo
de guardianes </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">de
las llaves de la guarida del león. Trovador de éxitos en tiempo de gloria y Templario
en la reciente cruzada por la Reconquista de una identidad perdida. Apasionado en
ocasiones hasta lo irracional, transparente y noble, su carácter tranquilo esconde
un “bicho” incontrolable que nos presenta en momentos de emoción máxima. Cuando
el pulso desacelera y todo es más normal lo mira deseando no haberlo conocido
jamás. Desatado en la victoria, desolado en la derrota, el mejor de sus días
siempre dibujará once nubes blancas sobre un cielo azul. Capaz de arrastrar
para la causa a la mujer que más quiere después de su madre, tras conocer que
el único penalti del que ella había oído hablar se lo servían frío y con la
espuma justa. Cambiaría una victoria en el último minuto por 50 nuevos zaragocistas
de cuna y biberón preparados para recibir el legado eterno del equipo de una
ciudad que nunca se rinde. No puede haber una imagen más llena de magia en su
retina que su pequeño Pablo envuelto en la bandera azul y blanca del león. Melómano
como pocos, amante del cuarteto de Liverpool y del fútbol con bigote y medias
bajas en su once de siempre Arconada saca en largo, LeTissier la acaricia y
Ruben Sosa la mete para adentro. Los otros ocho poco importa ya quiénes sean. Sólo
esa manera casi sagrada que ambos compartimos de entender este deporte nos ha trasladado
a interminables y maravillosas conversaciones en torno a lo humano y lo divino
del mundo del fútbol. El ser coetáneos hizo que los árboles de nuestras vidas
crecieran prácticamente en paralelo y aunque mi tronco se desviara del camino y
tiñera algunas de sus ramas con la savia de otros colores mis raíces crecieron
fuertes junto a las suyas, bajo el sagrado césped de La Romareda. Bajo un
penalti de Señor, un vuelo de Cedrún o una galopada de Belsué. Se enorgullece
cuando se lo recuerdo, conoce mis valores y </span><a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack" style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"></a><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">siempre me
aceptó a pesar de mis innumerables taras.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"><b>Estos
días por Zaragoza</b></span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> se respira un evidente sentimiento de euforia. Difícil de
medir pero visible en los ojos de los niños y las sonrisas de los adultos. La
ciudad empuja a un club dormido que ve cómo el fútbol circula a una velocidad
que la pesada losa de una antigua y pésima gestión le impide igualar. Después
de mucho tiempo parece que todos vamos a una y que ha llegado el momento. En
días como estos y como me pasó hace dos años pero a la inversa vuelvo a pensar
en mi “hermano” Rubén e intento imaginar, sin acercarme apenas, cómo se puede
sentir. Prudente y confiado. Nervioso y emocionado. Una bomba de relojería que
para bien o para mal estallará en unos días y arrasará a su paso con todo lo
que encuentre. Es lo que tiene amar el fútbol y a su Real Zaragoza sin
condiciones. Nadie conoce el desenlace, pero si finalmente las nubes negras
vuelven a teñir el cielo de nuestra ciudad el golpe puede ser importante y hay
que estar preparados. Si la decepción vuelve a llamar a nuestra puerta habrá
que levantarse, abrirla, coger el escudo y la espada y volver a intentarlo. De
lo que no tengo ninguna duda es que si eso llega a suceder la temporada que
viene, un frío lunes de Enero contra el Rayo Majadahonda entre 8000 valientes
podré encontrar a mi “hermano” en su asiento de la vieja Romareda. Sin reblar,
sacando al “bicho” las veces que haga falta, pintando cielos de azul y blanco y
descontando los días que le quedan para volver a ser de primera.</span></div>
<br />
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-35180561155943395882018-05-01T11:15:00.001-07:002018-06-11T13:22:17.011-07:00BANDERA Y ORGULLO<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%;">
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAYbGjsh8NWdsRgdkEGRsYKKmWrSw8k0u0dVB-sTGwBsnLjZ1AQF6nTC-ZnCWb94oLbd72FoFcUG5pM3jauzpBMrDbSFgBSf11SqgDfpr4LIC5zD4Ww_7imhQbRTvOSC83xW1DNe-ZT4I/s1600/IMG_2191.PNG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="880" data-original-width="750" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAYbGjsh8NWdsRgdkEGRsYKKmWrSw8k0u0dVB-sTGwBsnLjZ1AQF6nTC-ZnCWb94oLbd72FoFcUG5pM3jauzpBMrDbSFgBSf11SqgDfpr4LIC5zD4Ww_7imhQbRTvOSC83xW1DNe-ZT4I/s640/IMG_2191.PNG" width="544" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 150%;"><b>Para esta 17/18 el pequeño Adrián</b><span style="font-size: 10.5pt;">
y yo hemos cambiado nuestra ubicación dentro del Municipal. Atrás quedarán
varios años parapetados en la fila más alta de la Tribuna Cubierta a los pies
de unas cabinas radiofónicas que con su sobria estructura ejercían de
imponentes guardaespaldas. Nos llevaremos para siempre en el recuerdo la voz del
inconfundible Jesús Zamora. Entrando en directo para la COPE y desde la soledad
de esas cuatro paredes darnos el minuto y resultado o dejarse la vida narrando un
gol in extremis de su Real Zaragoza. La silueta de Lalo Arantegui confundido
entre gorros, bufandas, bocadillos y montañas de cáscaras de pipas. Ejerciendo
entonces de capitán general de nuestros vecinos azulgranas de más arriba,
apuntando en su libreta decenas de nombres y trazando líneas imposibles de descifrar. Allí quedaban
asentadas las bases para la emboscada perfecta en su próximo duelo frente a los
maños. El actual abono nos ha llevado a mi sobrino y al que os escribe al Fondo
Sur. Y aunque nuestros nuevos asientos están situados detrás de la portería,
hemos localizado un poco más arriba un par de sillas libres en uno de esos
coquetos palcos que hacen ver el partido como si desde la terraza de tu casa se
tratase. Éste en concreto perpendicular a la línea de cal sobre la que se
ejercitan los suplentes de ambos equipos. El cargante humo del puro de un señor
a nuestra derecha, dos niños que descuelgan varias banderas y bufandas por el
balcón contiguo a la izquierda y otro aficionado que absurdamente susurra gol
en cada acción mínimamente peligrosa a nuestra espalda son los vecinos que nos
acompañan cada quince días. Pero una cosa llamó nuestra atención desde los
primeros partidos en esa nueva ubicación. A falta de unos cinco minutos para dar
comienzo cada encuentro en La Romareda, un niño de no más de 13 o 14 años entra
sólo por una de las bocas de acceso de Tribuna Preferencia. Es la zona
limítrofe al córner de Gol Sur donde los más pequeños se arremolinan para ver
calentar a sus ídolos y quién sabe si llevarse cómo valioso trofeo un peto
sudado o la sonrisa cómplice de un suplente cabreado por dentro por un nuevo
encuentro sin volver a jugar. El niño porta una gran bandera del Real Zaragoza
encajada a la perfección en un tubo de PVC flexible que ejerce de mástil.
Desciende varios escalones y con su bandera se sitúa como un galeón perdido entre
el imaginario océano de plástico azul de las decenas de asientos vacíos que le
rodean. Saltan al césped los protagonistas. El público aplaude y él en un acto
casi litúrgico se levanta, pone un pie sobre uno de los asientos y se gira con
decisión hacia el sector reservado para la hinchada visitante que queda en la
grada superior y que ya recibe con entusiasmo a los suyos. Y es entonces cuando
agarra con firmeza su bandera y la ondea fuerte al viento sin apartar la mirada
un solo momento de aquellos que esa tarde han osado venir de lejos para discutirle
los tres puntos a su Real Zaragoza. Pueden ser media docena desde Lorca, la ruidosa
mareona gijonesa o el complicado y bravucón osasunista. El crecido vecino
aragonés o la cara B de algún clásico
rival de nuestra añorada Primera División. En cada impetuoso y enérgico vaivén
de aquél pedazo de tela el recuerdo para todos ellos de que a pesar de los
tiempos de sombras y hastío vividos por el club en los suburbios de la división
de plata, hoy visitan la casa de un pedazo de la historia del fútbol español. Y
siente la necesidad de enseñarlo, de demostrarlo. En cada orgulloso volteo de
aquella bandera el sentimiento de pertenencia a una entidad que busca de nuevo
el respeto que un día se gano por España y por media Europa. Con una gestión entonces
modélica y ejemplar alejada ahora por los buitres que en la última década han
acechado a un león herido y desfigurado que lanzaba zarpazos desesperados desde
un rincón. Colándose en suelo patrio por aquellos años en las fiestas de los
más grandes, bailando con la más guapa y levantándoles la Copa de la que confiados
ya bebían a morros. Tirando por Europa de grandeza en la victoria. Haciendo a
la Roma de Boniek y Ancelotti pequeña y vulnerable bajo la alargada silueta del
gigante Cedrún en unos penaltis para toda la vida. Escribiendo con la letra de
la épica en la derrota. La piscina de La Romareda el día del diluvio universal.
Aquél gol de Ruben Sosa para soñar mojados. El espectacular Ajax de Cruyff y
Van Basten para despertar en seco. Y París…siempre París. Fundiendo nuestra
garganta con la de Sergi y su megáfono y todavía colgados con el Negro de aquél
travesaño con un sueño llamado Recopa agarrado en su mano. Historias, momentos,
y sensaciones transmitidas de abuelos a padres y de padres a hijos. Emociones que
ese niño no ha vivido y que como yo hago con Adrián a buen seguro le habrán
contado los más mayores con el corazón envuelto en un puño y el brillo en los
ojos. Cada quince días, el icónico gesto de aquél irreductible muchacho con la
cabeza alta y el orgullo por bandera ejerce de eslabón entre una generación, la
suya, que sólo ha conocido a su equipo entre dudas, proyectos de salvación y
frustración y un tiempo pasado excitante y lleno de grandes historias para el
recuerdo que muchos tuvimos la fortuna de poder vivir. <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; line-height: 150%;"><b>Sólo deseo que el año que
viene sea en Primera</b><span style="font-size: 10.5pt;">. Aunque el humo de aquél puro se nos vuelva a meter hasta
las entrañas deseo volver a conquistar aquellas dos sillas de ese palco y desde
allí observar cómo nuevos inquilinos desembarcan en esa zona de Tribuna
Preferencia y convierten la soledad del actual océano de plástico azul en el que navega ese
chico en un mar de banderas del Real Zaragoza. Desde la lejanía de ese Fondo
Sur sueño con que me llegue un hilo de la voz de Jesús Zamora rasgando su garganta en un gol
que valga una clasificación para Europa y ver a Lalo celebrándolo con su gente en
el césped. Será entonces cuando el niño cogerá su bandera, la ondeará como
nunca mirando orgulloso a todo el Estadio y enterrará para siempre la oscuridad de un tiempo para olvidar. Y así
de una vez por todas podré decirle a Adrián lo que tanto tiempo llevo deseando:
-Ahora es cuando vais a conocer al otro Real Zaragoza. Preparaos para disfrutar-.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 16.1px;"><br /></span></div>
</div>
</div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-65774760087199827292018-02-28T18:39:00.005-08:002018-02-28T18:55:49.040-08:00HASTA SIEMPRE QUINI<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzKRfae919_s5dDFqOQJmV-W7kEe5bYYEys27MCrCCilsZs6NBb1Nwx60SoUOA3R16lNgF60PIlkimQK94kKbiq5RPybahqgotKx-S2T9miCcAvJZQzwvfJwfX9ZZ-gqkwjGZ1i03NiX4/s1600/quini.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="770" height="332" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzKRfae919_s5dDFqOQJmV-W7kEe5bYYEys27MCrCCilsZs6NBb1Nwx60SoUOA3R16lNgF60PIlkimQK94kKbiq5RPybahqgotKx-S2T9miCcAvJZQzwvfJwfX9ZZ-gqkwjGZ1i03NiX4/s640/quini.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Enrique Castro "Quini"</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><b>Ayer muchos sentimos</b></span><span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"> cómo
nos arrancaban parte de la niñez </span><span style="background-color: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 10.5pt;">que celosos todavía guardábamos como un tesoro
en nuestro poder. Eso si es que todavía algo quedaba de esa niñez aferrada a
nuestro lado apartando la mirada de eso llamado tiempo. Ayer Quini se fue para
siempre. Se marchó Quini y se me apagó para siempre aquella tele minúscula en
blanco y negro que tenía en mi habitación. Aquél aparato que debía sintonizar ruleta
en mano si quería dejar sólo en decenas los cientos de moscas que interferían en
la imagen que de allí salía y me impedían ver con cierta nitidez los goles de
la jornada en Estudio Estadio la noche de los domingos. Lo hacía de manera
clandestina. Sí, al día siguiente había cole. Y yo no entendía como rayos de aquél
aparato tan pequeño podía salir semejante chorro de luz ni qué demonios debía
hacer para que no me delatara a aquellas horas de la noche. Sólo quería ver un
salto de Santillana, un vuelo de Arconada. Me bastaba una volea de Quini para
poder apagar aquella tele y marchar a dormir con una sonrisa antes de que mis
padres me pillaran. Sin duda aquellos tipos eran mis héroes. Capaces de hacer
cada domingo lo que muchos soñábamos con hacer toda la vida.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><b>Ayer marchó Quini </b></span><span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">y se
llevó el campo embarrado, el pantalón ceñido y el puño en alto en la
celebración. Nos aleja para siempre de Cundi, Joaquín, Mesa y su Sporting de Gijón, del delantero
rudo, de raza, de las botas negras, del primer esbozo de aquello de lo que nos
enamoramos y que ahora en ocasiones cuesta llamar deporte. Se ha ido y con él
el partido del sábado por la noche en la 2, los domingos a las cinco y una
radio, nueve nacionales y dos formidables extranjeros por escuadra. Fútbol de un
tiempo cada vez más lejano gobernado por hombres de la estirpe de las buenas
personas. Del esfuerzo, la brega y la constancia. De la buena cara y la sonrisa
cuando vienen mal dadas. Y allí encontramos a Quini. Sentado sobre una montaña
de goles repartiendo pines de su Sporting, sin parecer ser consciente quizá de
la historia escrita tiempo atrás y de lo que supone para mucha gente.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><b>Ayer se nos llevaron a
Quini</b></span><span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"> y algunos nos hicimos un poco más adultos. Enterramos para siempre
aquella sensación de escuchar su nombre y estremecer pensando inequívocamente en
la épica de un cabezazo en plancha, de un potente derechazo, de un nuevo gol.
De saber que Enrique Castro vendría a tu casa y haría todo por derribar el muro
de hormigón que habías levantado frente a tu portería hasta acabar metiéndola
dentro. Como le dije a un amigo dibujante, ayer se fue el Ibañez de sus cómics.
Una de esas personas que con su buen hacer fue capaz de echar a volar mi
imaginación y hacerme disfrutar en esa época de la vida en la que cualquier
cosa se exprime y todo te parece alucinante. Ayer murió Quini y se llevó lo
poco que va quedando del recuerdo de la infancia y una forma genuina de
aprender a querer al fútbol. De entre decenas de periódicos y revistas
deportivas todavía conservo una antigua baraja de la Selección Española de 1982
que aún guardo con cariño y pone una sonrisa a este adiós. Aún recuerdo la mejor de todas las cartas, la que
destrozaba a todas y era una suerte tenerla. La de Enrique Castro “Quini”. Hasta siempre Brujo<o:p></o:p></span></div>
<br />LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-32697666863607742402017-07-26T14:41:00.000-07:002017-07-26T14:43:47.194-07:00ALAN SHEARER, CIENTOS DE GOLES Y UN BRAZO EN ALTO<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;">Publicado en la web de www.espaciopremier.com</span></span><br />
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: large;"><br /></span></b></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9LBnw-u8xUeZswt03DrqB47iE3izFsKcUGTau3qsfo6rKu4hD_rmUsQd9lGX4wZo16J4zN874jfgB87p77RADxRE_DJP2U57FWeLqZWwHEW1b6RwdbFi0CQipwM9K8OvEbibmPdjloLY/s1600/promo260973819.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9LBnw-u8xUeZswt03DrqB47iE3izFsKcUGTau3qsfo6rKu4hD_rmUsQd9lGX4wZo16J4zN874jfgB87p77RADxRE_DJP2U57FWeLqZWwHEW1b6RwdbFi0CQipwM9K8OvEbibmPdjloLY/s640/promo260973819.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alan Shearer, leyenda del fútbol inglés</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: large;"><br /></span></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: large;">No saludaba a ningún</span></b><span style="font-size: 10.5pt;"> amigo
escondido entre la grada. Ni levantaba diligente su brazo derecho como en la antigua
escuela a sabiendas de conocer la respuesta a una difícil pregunta. Ni siquiera
pedía un taxi. No, aquello no era un centro de enseñanza, aunque siempre algo
se aprendía. Tampoco era un espacio para taxis, pero sí un lugar en el mundo
para tener muchos amigos al abrigo de las eternas viseras de chapa de aquellos
estadios ingleses que entremezclaban tradición y modernidad. El veterano Alan
Shearer lo había vuelto a conseguir. El portero desparramado, el balón en la
red, una exultante sonrisa y su brazo derecho levantado viajando hacia una
nueva celebración. Una inconfundible estampa que se repetía una y otra vez cada
fin de semana por los campos del fútbol inglés. Donde ahora se escenifican
irritantes coreografías, un sencillo gesto como ese le bastaba al nueve inglés para
acompañar a su nueva captura camino de la inmortalidad. Pero el de aquella tarde
del 7 de Enero de 2006 en St.James´Park tenía un significado especial. Shearer
recogía el taconazo de Albert Luque para batir a Pressman, guardameta del
modesto Mainsfield. Con ese tanto igualaba los doscientos que desde hacía casi cinco
décadas mantenía a Jackie Milburn en lo más alto como máximo goleador histórico
del Newcastle United. Y lo hizo en la FA Cup, en su casa y frente a la grada de
Gallowgate End, el fondo que el pequeño Alan ocupó cuando era niño para ver a
los ídolos del equipo de su ciudad. Allí donde la leyenda de Milburn corría como
la pólvora de padres a hijos y se engrandecía al paso de los años. Shearer llevará
la marca hasta los 206 goles y con 36 años lo dejará. No habrá más
celebraciones. Se sacará el brazalete de capitán, aparcará su fusil y bajará su
brazo derecho para siempre.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><span style="font-size: 10.5pt;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: large;">Alan Shearer cambió</span></b><span style="font-size: 10.5pt;"> los
goles por los micros. Ahora comenta partidos de la Premier para el espacio de
la BBC “Match of the day”. Se siente cómodo, aunque siempre con la incógnita de
qué será de él tras una mala tarde en un hábitat que no es el suyo. Allí abajo,
de corto y sobre el verde, sabía que tras un mal día siempre le esperaba otra
oportunidad. Mira hacia atrás, satisfecho de su carrera y la forma de
conseguirlo. El esfuerzo, la ilusión, la perseverancia. Siempre imaginando el
próximo gol. Inventando remates imposibles. Haciendo de su eficacia un arma y
de su oportunismo una virtud. Convirtiéndose en un santo en The Dell. Debutando
en el fútbol de verdad haciéndole tres al Arsenal cuando todavía guardaba
repetido el cromo de alguno de sus rivales. Dejará Southampton para que el Dios
Le Tissier gobierne solo y para siempre a los Saints. Rechazará al todopoderoso
Manchester United y se unirá a Kenny Dalglish para liderar una de las historias
más maravillosas jamás contadas. El sueño hecho realidad de la pequeña
Blackburn y su Rovers tocando el cielo en Anfield en aquella mágica tarde de Mayo
del 94. Título de la Premier y la confirmación de una máquina casi perfecta de
hacer goles. Más de treinta en cada una de las tres últimas que Ewood Park
disfrutó del portentoso goleador de Newcastle. Shearer mira hacia atrás y se
siente un afortunado. Ha hecho lo que siempre más le ha gustado y mejor sabía
hacer. Y acertadas o no tomó las decisiones que en cada momento creía
correctas. Escuchando atento, en algunas de ellas, lo que dictaba su corazón.
Goleando, aunque sin premio final, en la Eurocopa de su propio país en 1996,
Shearer era ya objeto de deseo de los grandes del fútbol europeo. Sir Alex Ferguson
volvió a llamar a su puerta. Allí los títulos estaban prácticamente garantizados.
Un transatlántico europeo que ya cogía velocidad para un día atracar en Europa
y dominarlos a todos. Pero Kevin Keegan, un mito entre los Magpies, llegó para
cambiar la historia. Ofreciendo a Shearer lo que siempre había soñado. La
posibilidad de ganar esos títulos en el equipo de su vida, el Newcastle United.
Convirtiéndolo en ídolo y auténtico líder de un equipo armado al nivel de los
mejores. Ginola, Asprilla, Les Ferdinan, Robert Lee…A lo largo de estos diez años
tocarán varias veces el cielo pero aunque el club hizo todo lo que estuvo en su
mano, siempre habrá alguien mejor que ellos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><span style="font-size: 10.5pt;"><br /></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; color: #282828; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: large;">Alan Shearer mira</span></b><span style="font-size: 10.5pt;"> para
atrás y sonríe. Nadie ha hecho más goles en Premier League. Nunca se
arrepentirá de haber cambiado el éxito asegurado de Manchester por la sensación
de un gol vestido de blanco y negro en St. James´ Park. Y eso el aficionado es
algo que nunca olvida. -</span><i style="font-size: 10.5pt;">"El mejor
día de mi carrera fue el día que superé el récord de Jackie Milburn en St.James'Park.
La atmósfera de ese día fue increíble.<span class="apple-converted-space"> </span>Si
pudiera haber embotellado ese sentimiento, lo habría hecho”. </i><span style="font-size: 10.5pt;">Y de haber
sido así, seguro que junto aquella mágica Premier con el Blackburn, como un
trofeo más, descansaría ahora en la vitrina de su casa. Seguramente no habrá
mejor título que ese para Alan Shearer. El fantástico artillero de Newcastle cuya
silueta ganadora con el brazo en alto y su exultante sonrisa no dejaba lugar a
la duda. Lo había vuelto a conseguir.<o:p></o:p></span></span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-52412248162127804052017-01-25T11:29:00.000-08:002017-01-25T11:59:12.917-08:00JIMMY GREAVES, LAS VIDAS DE UN GOLEADOR<!--[if gte mso 9]><xml>
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<![endif]--><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;"><b> </b></span></span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;"><b></b></span></span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVP7xmN7Z5jHuRiJfglCr2ZIXwpm0EHfr59yHzCDTbVaK9p9yISPygTgGxnigkyZCAPL7QZZWtfVhM2QflrkUAMi3dnCtuovyTwlkwoTVK2c0blRPAXY2t2kszGF0p_MzWoq9Ch_LbLWs/s1600/img.jpg" imageanchor="1"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVP7xmN7Z5jHuRiJfglCr2ZIXwpm0EHfr59yHzCDTbVaK9p9yISPygTgGxnigkyZCAPL7QZZWtfVhM2QflrkUAMi3dnCtuovyTwlkwoTVK2c0blRPAXY2t2kszGF0p_MzWoq9Ch_LbLWs/s640/img.jpg" width="640" /></a></b></span></span></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;"><b>
</b></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;"><b>“Una vez tuve una sequía de gol.</b></span> Fueron los
peores 15 minutos de mi vida”. El público rompe a reir como acostumbra a hacer
con cada irónico y jocoso comentario con los que el ya sesentón Jimmy Greaves
salpica sus actuaciones desde los escenarios de los mejores locales de Londres.
Bajo aquél canoso bigotón, Greavsie también esboza una pícara sonrisa. Sabe de
lo presuntuoso y exagerado de aquella aseveración. Pero para sus adentros y
para quienes le conocen saben que el bueno de Jimmy no va muy desencaminado.
Pocos han tenido esa habilidad y eficacia en el noble arte del gol. Nadie habrá
hecho más goles desde entonces para alguna de las grandes ligas europeas. Son
los primeros años del nuevo milenio y toda aquella vida de éxito acomodando
balones en el fondo de las porterías inglesas y las miles de anécdotas vividas allá
por los 60, forman parte de su repertorio. Su estilo cercano, canchero y
socarrón entusiasma a un público que ve en su ejecución la misma facilidad con
la que apiló aquella montaña de goles en la que desde entones continúa
descansando en lo más alto. Jimmy Greaves disfruta de manera tardía de lo que
él mismo considera su segunda vida. Esa que cumplidos los treinta lo empujó desde
la cúspide y sin avisar a un mundo desconocido en el que ya no valía con ser el
mejor en lo único que llevaba haciendo desde niño. Meter goles.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"> </span></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;"><b>El 20 de Febrero de 1940</b></span>, recién iniciada la Segunda
Guerra Mundial y meses antes de los bombardeos alemanes sobre las principales
ciudades de Inglaterra, nacía James Peter Greaves en East Ham, cerca de
Londres. Nunca fue un brillante estudiante. Quizás porque como a la mayoría de
aquellos pequeños ingleses aprender un nuevo regate le parecía más importante
que el lenguaje, el álgebra o las ciencias sociales. Jugar al fútbol era su
vida. Todo el día si podía ser. Hasta que al caer la tarde, la tenue luz de las
farolas no permitía distinguir rivales de amigos y decretaba para desencanto de
aquellos niños el final de la contienda. Sobre aquellos húmedos empedrados de
East Ham, Jimmy se distinguirá como uno de los mejores. El mejor cuando de
hacer goles se trataba. Pronto llamará la atención del Chelsea que lo
incorporará a sus categorías inferiores hasta que en 1957 hará su debut con el
primer equipo. El rival, cosas del destino, el que será el equipo de su vida,
el Tottenham. Lo hará con gol, como hizo con cada camiseta con la que debutó,
incluida la de la Selección inglesa. Tras 4 años, 132 goles y 2 veces máximo
artillero del Campeonato con los de Stamford Bridge, no pudo rechazar los
cantos de sirena de un fútbol italiano económicamente mucho más poderoso por
aquél entonces. Corría la 61/62 y el A.C. Mil<span style="font-size: small;">á</span>n de Cesare Maldini, Trapattoni y
Rivera, a la postre Campeón de Europa la siguiente temporada se hacía con sus
servicios. Su estilo imprevisible, su futbol de calle, su facilidad para
moverse a su antojo para sin esperarlo acudir a la hora prevista a su cita con
el gol, chocarían frontalmente con las ideas del técnico Nereo Rocco. Bajo los
cimientos del Giusseppe Meazza, sobre la pizarra de sus vestuarios, Rocco
esbozaba ya los trazos originales del primer catenaccio. Un estilo que viajará para
quedarse en la genética del calcio italiano para siempre y que el inglés nunca
asimilará. Greavsie dejará 9 goles en 13 partidos antes de volver a la libertad
y el fútbol de ida y vuelta que su país le ofrecía. Bill Nicholson ofrecerá la
curiosa cantidad de 99.999 libras para traerlo a su Tottenham y para que desde
allí escriba las páginas más importantes de su carrera. Con aquella llamativa
cifra no quiso que cayera sobre sus hombros la presión de convertir a Greaves
en el primer jugador por valor de 100.000 libras. A partir de allí una cascada
de éxito, títulos y goles. Goles de todas las facturas. Con una pasmosa facilidad
sólo al alcance de muy pocos. 268 en 381 partidos. Goles decisivos, de cabeza,
de tijera, de penalty, para cerrar goleadas. Goles que ayudaron a los Spurs a
levantar dos FA Cups y una Recopa de Europa en 1963 y que convirtieron a
Greaves en 4 veces más máximo goleador del Campeonato inglés. Su fama le puso a
la altura de un grande de la época como Bobby Charlton. Junto a él jugó los
mundiales del 62 y del 66, este último, en el que Inglaterra conquistaría el
título en su propio país. Pero a pesar del éxito obtenido, aquél Campeonato
supuso una enorme decepción para Jimmy Greaves. Aquél torneo llegaba en su
mejor momento. Participó como titular en la primera fase pero cayó lesionado
ante Francia en el último partido. Su lugar en el once titular en las rondas
finales lo ocupará Geoff Hurst. Para la gran final Greaves ya recuperado esperaba
recuperar su sitio en el once inicial pero el técnico Alf Ramsey siguió
contando con Hurst. El hueco que la historia le tenía reservado lo ocuparon su
compañero Hurst y sus tres goles en Wembley. La memoria del mundo del fútbol es
corta y exigente el público con sus ídolos En la temporada 69/70 Greaves bajó
su rendimiento y el interés del Tottenham en hacerse con los servicios del
internacional del West Ham Martin Peters, llevó a un trueque y dio con Greaves
en los Hammers. De allí en adelante su carrera se lanzará paulatinamente hacia
un triste ocaso distorsionado tras el cristal de cientos de jarras de cerveza y
decenas de botellas de vodka. Mediados los 70 intentará volver en equipos que
hacían su camino por los suburbios del fútbol inglés, pero el alcohol ya había
convertido aquella perfecta máquina de golear en un ex-futbolista sin rumbo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;"><b>Jimmy Greaves tocó fondo</b></span>, se arruinó y lo perdió
todo, incluida a su familia, hasta que en 1978 y tras pasar por varios centros
de desintoxicación, tomó su último trago y se juró que ya no lo haría más. Se
alejó para siempre del alcohol e intentó reconstruir su vida en busca de una
segunda oportunidad. Su carácter afable y extrovertido le llevaron junto al
ex-jugador del Liverpool Ian St. John a encontrar un hueco en los medios de
comunicación. Ambos condujeron con éxito entre 1985 y 1992 el espacio
televisivo “Saint and Greavsie” que analizaba desde un punto de vista divertido
y diferente la inminente jornada de la Liga Inglesa. El fútbol más
profesionalizado llegó y con ello la Premier League. No había hueco en ese
escenario para la diversión de Saint y Greavsie. Pero Greaves se sentía bien en
los medios. Cuando esa etapa terminó y aprovechando su tirón mediático se lanzó
a los escenarios. Desde allí, y con su inconfundible estilo, contará al público
presente los avatares de su vida. Cómo ser campeón del Mundo y sentirte
frustrado. Cómo cambiar los billetes de la bella Italia por volver al encanto
de tus maravillosas Islas. Cómo ser el mejor goleador del momento y que 15
minutos de sequía supusieran lo peor de tu vida. Una sequía que más adelante
necesitó para apartar aquellas malditas botellas y poder disfrutar así de una
segunda vida. Esa que cuando los grandes focos se apagaron y el balón dejó de
rodar nadie le había enseñado a vivir. Y es que hasta ese momento el bueno de
Greavsie vivía dedicado a lo que mejor se le daba. A divertirse fabricando una imponente
montaña de goles.</span></span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-52018660488475821592016-12-25T16:44:00.004-08:002016-12-26T16:20:25.507-08:00JEREZ: EL FUTBOL Y EL MINOTAURO<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: large;"><b><br /></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqKaa8iRUEWSi6pMmteMWSwtULQNt0C2JgEyXtv2eJAcpVtj8ckE0XjSKG85qX8-sZA0dQGqdQGox29csX4aEOVzco3wf_KT4s5OFnKOejlfl5qDHFcuPux-PYPoRRTBXvLXoqEqFvDc0/s1600/22289761.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqKaa8iRUEWSi6pMmteMWSwtULQNt0C2JgEyXtv2eJAcpVtj8ckE0XjSKG85qX8-sZA0dQGqdQGox29csX4aEOVzco3wf_KT4s5OFnKOejlfl5qDHFcuPux-PYPoRRTBXvLXoqEqFvDc0/s640/22289761.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La rotonda del Minotauro en Jerez</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><b>El colosal
Minotauro</b></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"> sigue esperando paciente desde el centro justo de la rotonda a la que
desde 2003 da nombre. La custodia desde lo alto de sus 240 centímetros.
Representa a la parte humana de la mitológica figura griega huyendo hacia Creta
después de la batalla. Ve pasar la vida envuelto en la piel de bronce que el
artista Víctor Ochoa le preparó y que el tiempo va manchando con el verde y
negro del óxido de una incipiente vejez. Allí, desde ese lugar de la mágica
Jerez, sigue pidiendo su pantalón blanco y su camiseta azul con el doce a la
espalda. Bajo sus musculosas piernas, coches y más coches buscan en los largos
tentáculos de asfalto de aquella rotonda, Dios sabe qué destino. Hacia la Bahía
de Cádiz por la Plaza Madre de Dios. Enfilando el centro por la Calle La
Cartuja. Buscando Sevilla por la Avenida de Nuestra Señora de la Paz. Siempre espectador
de lujo de una ciudad que vive bajo el hechizante perfume a goma quemada. Trazando
en el horizonte la curva definitiva bajo la desesperada búsqueda de una bandera
a cuadros negros y blancos. Rossi o Márquez. Pedrosa o Lorenzo. Eterno debate
sobre dos ruedas. Pero siempre vigilante el Minotauro. Embrujado por ese arte
flamenco para el que Jerez ejerce de cuna. Sana rivalidad entre barrios. Dos
maneras de abrazar al duende. El desgarro de San Miguel. Santiago y su pena
controlada. Lola Flores, José Mercé y miles de seguirillas. Y entre cilindradas
y soleás la estatua del Minotauro observa lo lejos que quedan los más de siete
años desde que el fútbol le hiciera el protagonista indiscutible vistiendo su
cuerpo desnudo con los colores del histórico equipo de la ciudad, el Xerez Club
Deportivo. Aquellos meses en los que el fútbol en Jerez se coló entre
adelantamientos imposibles y el racial taconeo de la última perla flamenca en
ciernes. Ni debate ni rivalidad. En esos días la ciudad dejó de soñar despierta
y por fin supo que iba a dormir entre los grandes. En los brazos de la Primera
División del fútbol español.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: large;"><b>“Orgulloso
de ser jerezano y xerecista”</b></span>. Breve pero contundente. Así es como mi amigo Jose
se da a conocer en twitter. Jose vive en Sevilla con una maña que le robó el
corazón a cambio de lo mejor que ella está a punto de darle. A la pequeña Irene
no le falta nada para llegar. Ejerce de entregado maestro y es un apasionado
del fútbol. Los magos blancos de la capital lo tocaron con su varita real y el
brillo de sus trofeos para hacerlo uno de ellos. Hicieron bien parte de su
trabajo pero él siente y respira, vive y muere por su Xerez Club Deportivo. El
brillo en sus ojos calcando los movimientos en el tanto de Carlos Calvo allá
por 2009 en Chapín lo dice todo. Un gol para un ascenso. Su sonrisa pícara contando
las desdichas del vecino de amarillo. Será por guasa...El gesto de
desolación por la situación actual de su
Xerez Club Deportivo. Un club que viene desangrándose durante años y que
actualmente sobrevive por los suburbios del fútbol nacional. Ultrajado,
manoseado y descuartizado por oscuros intereses políticos y económicos.
Haciendo de sus oficinas la mejor de las barras libres, vaciando sus arcas y
jugando con el sentimiento de una afición que sentía como aquello pasaba de
mano en mano sin poder hacer nada. Su efímero tránsito por la categoría de oro
del futbol español dio paso a una cascada de descensos deportivos y
administrativos que han dado con el equipo en la recién creada División de
Honor de la regional andaluza. En verano de 2013, Jose me contaba con cierta
ilusión como de los rescoldos de su club de siempre, una llama volvía a dar luz
e ilusión al fútbol en Jerez. En lo más bajo del balompié andaluz un nuevo club
había inscrito su nombre. El Xerez Deportivo C.F. En poco más de tres días ya
se habían afiliado más de 2000 personas. Al empezar la competición ya eran
5000, muchos de ellos procedentes del malherido Xerez Club Deportivo, hastiados de una situación
prácticamente irremediable y abocada a la desaparición de la entidad. Mi amigo
Jose me hacía partícipe de su entusiasmo por aquél movimiento romántico que se
estaba produciendo en su ciudad, pero él como muchos caminaba entre el
enfrenamiento interior de dos mundos difíciles de conectar. Por un lado la
frescura y la pasión por beber de los labios de la despampanante chica que
había llegado a la ciudad. Por otro, el dolor por la necesidad de estar al lado
en la agonía de un padre que te ha dado todo y al que perdía por momentos.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: large;">La
meteórica trayectoria</span></b><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"> del recién creado Xerez Deportivo C.F. unido a la
paulatina decadencia del histórico Xerez Club Deportivo hicieron que en
Septiembre de este año ambos equipos cruzaran sus caminos en los ascensores del
fútbol español. Un partido histórico para la ciudad con victoria por 1-2 para
el Xerez Deportivo. Pregunté a Jose por sus sensaciones durante el partido. Su
respuesta, mezcla de frustración y melancolía pero tan breve y contundente como
su carta de presentación en twitter. No vio el partido. No podía ver a su
equipo enfrentándose a su equipo, me dijo. Y tras la sombra del resultado de un
simple partido de fútbol, la extraña sensación de vivir un tiempo difícil por
culpa de la lamentable gestión de varios piratas sin escrúpulos. Antes el
fútbol en Jerez lo tenía claro. El Xerez Club Deportivo monopolizaba el balompié de la ciudad y dejaba la rivalidad y los debates para los expertos del padock y del tablao. Por culpa de aquellos
indeseables, ahora vive la rivalidad absurda de dos entidades que desde la
dignidad y la honradez buscan la hegemonía del fútbol de la ciudad desde una
categoría que a Jerez no le corresponde. Mi amigo Jose vuelve a casa para ver a
su gente cada cierto tiempo. Cuando la abandona buscando Sevilla por la Avenida
de Nuestra Señora de la Paz busca con su mirada al Minotauro gobernando su
rotonda. Comparten la ilusión de verlo de nuevo enfundado en unos colores que
representen a la ciudad y de los que Jose pueda sentirse orgulloso. En la
actualidad es difícil saber cuáles serán. Como la escultura del Minotauro, el
fútbol en Jerez continuará librando su particular batalla moderna. Como en la
obra de Víctor Ochoa muchos esperan que la parte humana derrote a la bestia y
huya hacia un mundo mejor. Que un solo Xerez derrote a la rivalidad actual y
todo vuelva a la normalidad. Que el Minotauro luzca orgulloso los colores del
equipo de su ciudad y un doce en su espalda. Estoy seguro que a mi amigo Jose
es lo que más le gustaría.</span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-30899917302086953292016-09-09T18:09:00.003-07:002020-11-25T09:30:37.846-08:00BUNBURY: DISFRUTARLO SIN SER FAN<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVizVfolwA617S0LmTbhKpY7WvXa2XvoppE-uHlx1KIekiVWzHtYzf6GZ5ll-SvTXGfTSBxX7RNC_upQfOtYY7-FEpn2SzuG9xri4YxLf7sOAga6VIkYhJV8y7U0OguvKc_kE4u7D0SqY/s1600/bunbury.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVizVfolwA617S0LmTbhKpY7WvXa2XvoppE-uHlx1KIekiVWzHtYzf6GZ5ll-SvTXGfTSBxX7RNC_upQfOtYY7-FEpn2SzuG9xri4YxLf7sOAga6VIkYhJV8y7U0OguvKc_kE4u7D0SqY/s640/bunbury.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Enrique Bunbury, genio y figura</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif"><span style="font-size: large;"><b>Si la melomanía adquiriera</b></span> tintes deportivos y hubiera una clasificación en la noble práctica de la Bunburymanía (permítaseme la expresión) a buen seguro que el que escribe estaría luchando por salvar la categoría. Y podría afirmar con rotundidad que varias decenas de mis seres queridos y muchos conocidos andarían en una encarnizada batalla por los puestos Champions cuando no peleando por el título de Campeón en fidelidad y vastos conocimientos de la obra de este maño universal. El género musical no pasa por ser uno de mis fuertes. Me considero más de canciones que de artistas o géneros. Quienes han sufrido mi música saben de que hablo. Frank Sinatra puede esperar paciente su momento a que las palmas de los Gipsy Kings dejen de sonar. Freddie Mercury puede continuar su show entre el carro de Manolo y la Pantera de Mónica Naranjo. La anarquía hecha caos. Un totum revolutum melódico. En esos tiempos mozos en el que a todos el cielo se nos abre, las emociones nos llueven y empiezan a saturar los poros de nuestra piel, la chispa de ese maldito duende no me visitó. Quizá me pilló en una de mis primeras finales de Copa. O quizá me susurró al oído el descaro de una de sus letras y no supe leer entre líneas. El caso es que por aquella época mi pobre repertorio moría cual sirena varada entre dos tierras. Poco más. En cambio, los fines de semana, tras los muros de aquellos garitos de la zona con más rollo de mi ciudad, hoy presos entre rejas, carteles de alquiler y algún que otro “brodel” latino de gorras imposibles, los primeros punteos de la banda zaragozana, escupidos por aquellos enormes bafles desataban la locura. El éxtasis se apoderaba de aquellos héroes imberbes que hasta ese momento buscaban su sitio en aquél antro repartiendo tragos y miradas furtivas a las rubias del local. Oscurecían sus voces, convertían sus brazos en la mejor de las guitarras eléctricas y exhibían el pulmón que los primeros cigarros todavía no conseguían torpedear.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif"><b><span style="font-size: large;">El pasado sábado</span></b> asistí con mi compañera de vida al concierto de Enrique Bunbury en nuestra ciudad, Zaragoza. Es ya el tercero en total y el segundo en poco tiempo. Sabe que después de aquél momento juntos en Liverpool cumpliendo mi sueño de un partido en Anfield me tiene en conciertos de Don Enrique hasta nuestra próxima vida y volver. Juego con la extraña sensación que ofrece mi franca distancia emocional con el artista y la pasión desatada de todos aquellos fieles. Ataviados para la ocasión con el protocolario color negro de tan importante visita real. En sus rostros ganas de una noche histórica. De desempolvar viejos vinilos. De atacar nuevas estrofas. Siguiendo a su líder hasta el infinito y mil canciones más. Los focos se encienden. En el escenario una bestia interpretativa. Un actor de gestos desafiantes. De miradas al vacío entre el público en busca de nadie y de todo el mundo a la vez. Una personalidad arrolladora que sabe acariciar como nadie la mística del momento y que ofrece un producto único imposible de mantenerte cercano a la indiferencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif"><span style="font-size: large;"><b>Las luces van apagando</b></span> una noche mágica. Puede que después de este espectáculo haya escalado algún puesto en aquella imaginaria clasificación. No sé si hasta el punto de que Alaska y Raphael permitan una avalancha de nuevas canciones de Enrique en la sinrazón de mi repertorio. Es maravilloso observar cómo pasan los años y las ganas de esos fieles por reencontrarse con Bunbury siguen intactas. Acompañadas en algunos casos por el surco amable de alguna arruga y el brillo plateado de alguna incipiente cana. Y es que a veces tu felicidad consiste en saber extraer lo mejor de cada momento aunque como el pasado sábado sea el momento de los demás. Y en los tiempos que corren ver feliz a la gente vale mucho. Por eso disfruto del ímpetu de aquella legión de cuarentones que dos décadas después siguen jugando a ser héroes dueños de guitarras eléctricas inventadas. De varios litros de calimocho. De los saltos de felicidad de Vicky. Y de un vals agarrado a ella cuando Enrique, después de haberlo dado todo, nos susurra que ya se va acercando el final.</span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-761257779342328502016-07-17T02:08:00.001-07:002016-07-23T15:49:09.129-07:00ÉPILA, VEINTE AÑOS Y DOS ABRAZOS<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3qEQM31POuVYNLm5Ehh1dDahprtpaiDoNkuGYPukAx2pCU69XQtdQICco-FJaAYlzkXfmsKZF0sDKHkDaaNNVqTnJnbjunIO_C8dvCT2CmucRqC1lDGg5zW4l9Lxp3nFTSIa8JDYHqw0/s1600/Epila+gol.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="402" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3qEQM31POuVYNLm5Ehh1dDahprtpaiDoNkuGYPukAx2pCU69XQtdQICco-FJaAYlzkXfmsKZF0sDKHkDaaNNVqTnJnbjunIO_C8dvCT2CmucRqC1lDGg5zW4l9Lxp3nFTSIa8JDYHqw0/s640/Epila+gol.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Veinte años no son nada...</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="font-size: large;"><b>Desde
siempre me fascinó</b></span> la celebración de un gol y toda su puesta en escena. El
futbolista y la desaforada búsqueda de su reivindicación. El alimento del ego propio
como primer acto y el mensaje claro y conciso de que él y nadie más que él
acaba de poner en contacto pelota y red. Que esa obra, naïf, realista o abstracta,
va a llevar su firma para siempre. Ese es su momento y todos deben saberlo. Una
pequeña carrera hacia donde no haya nadie. Para que todos le vean bien. Y ese
ritual, a veces espontáneo, la mayoría de las veces premeditado. El salto con
giro y brazo en alto del sueco Brolin. Las danzas tribales de Roger Milla.
Ronaldo Nazario y las alas desplegadas de su avión. Pistoleros, arqueros, señales al
cielo. Contorsionistas, embarazadas, fabricantes de corazones. Un festival imaginativo
individual previo al gesto grupal más conocido tras el gol, el abrazo. Compartido
con la magia del guante que hizo de un último pase la mejor de las asistencias.
Con el resignado compañero que hoy es carne de banquillo y que con una sonrisa le
ha dicho:- Hoy haces uno-. Con ese esforzado utillero que se acuerda de todo y del
que nadie parece acordarse. Con nueve compañeros y el dedo de su portero
buscando un gesto de complicidad desde la soledad de las cuatro rayas de su
área. Con todo el Estadio si pudiera. El abrazo, señal inequívoca de éxito en
equipo. Uno de los gestos más maravillosos que la vida, el deporte y el fútbol
en particular nos puede regalar y que en nuestro día a día tanto nos cuesta practicar…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: large;"><b>Hay un
momento en la vida</b></span><span style="font-family: "times new roman" , serif;"> en el que la realidad te visita. Arrebata tus legítimas ilusiones
de niño y las va guardando en un cajón. Esparce tierra y grava sobre la hierba
milimétricamente cortada del Estadio de tus sueños para que llenes tus piernas
de señales a cambio de cuatro duros. Despierta, jamás serás portada. Si acaso la
breve reseña de un gol importante en un momento decisivo. Pero a cambio te
ofrece descubrir situaciones maravillosas. Personas que no conocías en lugares
que nunca antes habías pisado. Ilusión, entrega y trabajo bajo unos colores en
común, que van convirtiendo el objetivo en un sueño. Es el fútbol regional, el
de verdad, donde la fuerza de un abrazo tras el gol hace crecer al equipo y
aleja los egos. Donde el fútbol todavía intenta conservar toda su esencia.
Donde un grupo sólido y unido es capaz de cualquier cosa. A mis cuarenta años
una efeméride ha retrotraído mi memoria a esa época casi olvidada pero todavía
latente. Un equipo en mayúsculas. Un cesto lleno de bocadillos a pie de autobús.
La escalada en la clasificación. El sufrimiento físico entre semana en aquél
Parque Grande que llegué a odiar con todas mis fuerzas. Su recompensa las
tardes de los domingos volando sobre el campo. Carreras en la cola del pelotón,
entre calor, lluvia o frío a la sombra de aquél gigante cercano y humor
socarrón que en el área contraria la bajaba como quería y no conocía a nadie.
Nuestro “Lubo” Penev. Él movía muchos kilos. Yo sólo era un “perro” que se
dejaba llevar hasta allí atrás. No recuerdo qué podíamos conversar en aquellas interminables
carreras. No sería mucho porque no nos daba de sí el aliento. Pero sí sé que aquellos
domingos, cuando nuestro portero enviaba el balón al cielo yo sólo tenía que
correr a su espalda, y ver con el rabillo del ojo cómo con el implacable marcador pegado a su nueve, elevaba toda su humanidad y peinaba el balón. Sólo quedaba
intentar meterla para buscar un nuevo abrazo. Hasta ochenta y ocho de todo el equipo
durante aquella fantástica temporada. La que fuimos los mejores…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><b><span style="font-size: large;">Durante
el último mes</span></b> esa efeméride me ha llevado a dar dos abrazos tan emocionantes
como distintos en sus sensaciones. Ambos relacionados con Épila y aquella
inmejorable experiencia que a lo largo de esos días cumplía veinte años. Uno a
José, al “presi” de esa temporada. Abrazo largo, sentido, el recuerdo de ese
gol decisivo y las firmas en aquél paraguas rojiblanco con el que arrancamos del
Pirineo medio ascenso a Tercera. Dos décadas que parecían sólo dos domingos. El
otro a Quique, el hermano de mi compañero de aquellas malditas carreras por el
Parque. Abrazo de ánimo y fuerza. Javi se ha marchado sin avisar. Hacía mucho
que no sabía de él. Casi tanto tiempo como años sin ver al “presi”. Dicen que
la vida le sonreía. Que andaba loco con su pequeño de 7 años y que seguía con
ese humor que le hacía inconfundible. Puta vida. Cuando pasen otros veinte años
espero seguir sorprendiéndome con la puesta en escena de un gol y toda su
parafernalia. Espero que para entonces el abrazo siga siendo el punto
culminante de una celebración. En el fútbol regional, en el de verdad, me ha
quedado demostrado que es la herramienta perfecta para sentir que veinte años no
son nada. Que puede unirte para siempre con personas que no conocías en lugares
que nunca antes habías pisado. Que te puede hacer recordar momentos inolvidables.
Parques, bocadillos, paraguas, balones al cielo de tu portero. Para entonces ya
no habrá peinada para una nueva carrera. “Lubo” la bajará allí arriba, la
meterá adentro y nos esperará dentro de muchos años para darnos un nuevo abrazo. <o:p></o:p></span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-47764554963988275112016-06-08T16:21:00.002-07:002019-06-22T11:03:08.284-07:00EL ORIGEN DE TODO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3a6RbR1sIrzrQYOa5uWG3YboFbBOAa_HCXcUNLtfMNVwhetSSGS_FujS-16_Z3Ai5Hen93JIdOQlukPHLizlXAr2bK08jybLFkYs1LLOWY5xH2qrPXmxqAMSsMslJEIddfFEhLhiFtGo/s1600/1340921216_extras_mosaico_noticia_1_g_0.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="314" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3a6RbR1sIrzrQYOa5uWG3YboFbBOAa_HCXcUNLtfMNVwhetSSGS_FujS-16_Z3Ai5Hen93JIdOQlukPHLizlXAr2bK08jybLFkYs1LLOWY5xH2qrPXmxqAMSsMslJEIddfFEhLhiFtGo/s640/1340921216_extras_mosaico_noticia_1_g_0.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="font-size: large;"><b><br /></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: large; text-align: justify;"><b>Puede
que no sea el lugar</b></span><span style="font-family: "times new roman" , serif; text-align: justify;"> más bonito del mundo. Ni tan siquiera creo que lo sea de mi
ciudad. Su forma no es un canto a la perfección arquitectónica ni sus árboles
desordenados evocan un paraíso en la tierra. Sobre su suelo, cada vez menos
mochilas ejercen de improvisadas porterías. Los niños han ido sustituyendo la
magia y la precisión de un buen golpeo con el empeine exterior por la
combinación de varias teclas para levantar la cuarta Champions dirigiendo a su Real
Zaragoza. Esa imaginaria escuadra invencible que ha reunido a Ibra, Hazard y
Messi y que bajo el cristal líquido de aquél aparato destrozan las redes
rivales. Varios bares vigilan aquella plaza. Como centinela un silencio solo
roto por las gentes que ocupan sus terrazas y que van arreglando en variopintas
conversaciones varios mundos a la vez. Puede que no sea el lugar más bonito, pero
para el canalla que allí decidiera jugársela y arrancar su primer beso apasionado
no le hables de otro lugar en la Tierra. Y no importa si el recorrido de aquél
beso fue fugaz y murió sofocado por el fuego mortal en las noches de verano de
mi ciudad. Tampoco si supuso el origen de una bella historia para la eternidad.
Para ese valiente ese será un momento y un sitio para toda la vida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><b><span style="font-size: large;">Puede
que aquél lugar</span></b> en el mundo no llame mucho la atención. Cualquier otro rincón
de mi ciudad intercambia más guiños con los objetivos de las cámaras que la
vienen a ver. Es un espacio coqueto, más bien pequeño, pero aquella noche de
verano frente a aquella gran pantalla que nos miraba atenta, los miles que allí
estábamos parecíamos millones. Con el calor derritiendo en nuestras caras las pinturas
en rojo y amarillo. Con el miedo y la ilusión a partes iguales. El miedo a la
frustración de un nuevo no. La ilusión de que esta vez sí. De que este era
nuestro momento. No queríamos más miel en los labios si no comerlos a
mordiscos. Y entre esos millones, miles de una generación con la necesidad de
cortar para siempre los eslabones de unas cadenas forjadas desde la decepción y
el dolor y que nos ataban a una amalgama de injusticias, furia sin control y
mala suerte.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";">Cada dos años, el fútbol hace sonar sus tambores de guerra por el Mundo y por el viejo Continente. A este deporte que inventaron los
ingleses ya no sólo ganan los alemanes. España al fin descifró los códigos de
la victoria. Se siente protagonista en esas fiestas y salvo como en aquellas vacaciones en
Brasil y Rusia, intenta conquistar a la más guapa. Con el traje de las grandes ocasiones y varias gotas de fragancia a triple corona. Con
nuestra escuadra algo cambiada pero eligiendo a los guardianes necesarios para poner a
salvo la llave del estilo. Aprendiendo nuevos pasos de baile para poder estar a
la altura de los que nos quieren hacer sombra. <span style="font-family: "times new roman", serif;">Recordando y buscando reverdecer nuestros éxitos por Europa y por el Mundo</span>. Porque pertenezco como muchos de los miles de aquél pequeño
rincón a esa generación que veía pasar los años sin nada que echarse a la boca.
Buscando aquél torneo que por fin nos hiciera grandes. Y cada vez que llegaba
un gran campeonato la misma ilusión en la mirada. La del ahora o nunca. Y
siempre era nunca. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="font-size: large;"><b>Por eso
cada vez que paso</b></span> por la Plaza San Pedro Nolasco de Zaragoza, de mi ciudad, sonrío
y me acuerdo como si fuera hoy mismo. Aquél penalti de Cesc buscando la red y
Buffon cayendo al otro lado. Robarle la chica al italiano. La vergüenza de
aquél primer beso robado. Las cadenas rotas para poder volar. Un momento y un sitio
para siempre. El origen de todo.<o:p></o:p></span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-31165876014247760682016-03-24T19:07:00.001-07:002016-04-07T01:45:05.045-07:00JOHAN CRUYFF, UN LEGADO ETERNO<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnLvdHqlRBbndkmVJSBi-tHkuZ0d8awPIj2Lg7sKoPRWOgdqj1IVa78OnyTmqEEgaNJCD9-w60p5qdRAw-GH9GxKhdFPpxa7qsoAZA9xkWPtIvIxpQVNX2B5uWbaCPOMr2dRd6XbtkWoI/s1600/johan-cruyff-mayor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="390" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnLvdHqlRBbndkmVJSBi-tHkuZ0d8awPIj2Lg7sKoPRWOgdqj1IVa78OnyTmqEEgaNJCD9-w60p5qdRAw-GH9GxKhdFPpxa7qsoAZA9xkWPtIvIxpQVNX2B5uWbaCPOMr2dRd6XbtkWoI/s640/johan-cruyff-mayor.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Johan Cruyff, su legado nos queda para siempre</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 18pt;">“Después de este resultado</span></b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 13.5pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 13.5pt;">creo que vamos a ganar esta
Liga”. La frase es de Johan Cruyff durante la clásica rueda de prensa posterior
a cualquier partido de Liga. A tenor de sus palabras cualquiera podría pensar
que el resultado de aquél partido había sido favorable a los intereses del
equipo del “Flaco”. Al mismo tiempo que las pronunciaba y sobre los fondos de
un estadio ya semivacío que iba apagando lentamente la intensa luz que había
dejado aquella tarde, los marcadores seguían reflejando todo lo contrario. Como
si el orgulloso encargado de desconectarlo quisiera que aquel resultado quedará
allí para siempre. Aquella tarde del 13 de Febrero de 1994 en el estadio
Municipal de La Romareda, el Real Zaragoza había sacado literalmente del campo
a su rival, el F.C. Barcelona con un 6-3 que desde aquella tarde duerme en las
páginas más gloriosas del club aragonés. Los Cáceres, Poyet, Higuera o Esnaider
fueron un vendaval que se llevó por delante a los hombres de Cruyff y seguían
así dando forma a un equipo que un año más tarde tocaría el cielo en París.
Aquél Barça de los Koeman, Guardiola, Stoichkov y Romario quedaba tras esa
jornada muy tocado y a 6 puntos del Depor del “Bruxo” Arsenio Iglesias. Tras
aquél partido y las sorprendentes declaraciones de Cruyff el F.C. Barcelona
encadenará una demoledora racha de 13 triunfos y 2 empates con un juego espectacular
que le darán finalmente aquél Campeonato de Liga. El genio, la intuición o
quizás la flor que siempre dicen acompañaba al holandés habían triunfado una
vez más cuando pocos creían ya tras aquella fría tarde de invierno en Zaragoza
en la que el equipo se desmoronaba como un castillo de naipes tras una derrota
tan merecida como sonrojante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 18pt;">Los que somos de mitad-final de los 70</span></b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 13.5pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 13.5pt;">dábamos nuestros primeros pasos cuando la carrera de Johan empezaba su
cuesta abajo. Cuando ya jugábamos a ser Arconada , el nombre de Pelé sonaba a
mitología de otro tiempo, pero el de Cruyff todavía flotaba en el ambiente. Nos
era más familiar. Como algo que conocíamos pero que nunca habíamos visto. Papá
me hablaba de cómo mandaba sobre todo. Rivales, compañeros, árbitros. Con una
superioridad insultante. Otros alucinaban con su cambio de ritmo. No había otro
igual. Pero yo lo quería ver. Y como por aquél entonces no teníamos toda la
información a un golpe de clic, cuando los 4 tomos de “la Historia de los
Mundiales” para VHS que me dio mi amigo Jorge cayeron en mis manos no perdí más
tiempo. Y así lo pude ver. Liderando a ese grupo de anárquicos melenudos con
una manera de entender el fútbol nunca antes vista. Desparramando rivales a su
paso. Parando y volviendo a arrancar cuando el defensa ya creía tener cazada a
su presa, para desaparecer de su vista para siempre. Con aquella mítica
camiseta naranja de Holanda y el 14 detrás. Se quedará a las puertas del título
en aquél 1974. Alemania remontará el gol de penalti de Neeskens cometido sobre
Cruyff en el minuto 1 tras arrancar el 14 desde medio campo desbordando a
cuanto alemán salía a su paso. A pesar de la derrota todo el mundo se acordará
de aquél equipo y esa nueva concepción del juego. A nivel de clubs, lo ganará
todo con el Ajax de Amsterdam y devolverá al Barça a la senda de la victoria.
Cuando todo acabó sobre el césped, aquella manera de entender el fútbol se
extendió a la pizarra. En 1988 se hizo cargo del F.C.Barcelona y formó un
equipo casi invencible que maravilló con un estilo nunca visto en nuestro país.
Otorgando al balón y al futbolista toda la importancia. Pescó las mejores
piezas en el caladero de un futbol vasco que sorprendió a todos en la primera
mitad de los 80. Sacó al danés Laudrup del hermético futbol italiano y apostó
por el búlgaro Stoichkov cuando </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 13.5pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 13.5pt;">era un auténtico
desconocido. Jugará con defensa de tres, arriesgando a que la cintura de su
compatriota Ronald Koeman fuera violada repetidas veces. No importaba. Si se
encajaba uno habría que ir a por otro. El extremo Goicoetxea manchará de cal
sus botas los 90 minutos de partido abriendo el campo para las llegadas sin
avisar de Amor, Bakero o Beguiristain. El juego de toque rápido, la importancia
de la posesión, la versatilidad y la eficacia con la que dotó Johan Cruyff a
aquél equipo es el legado que a día de hoy el club intenta seguir como
filosofía de vida y éxito. Aquél futbolista al que sólo pude ver en VHS
consiguió desde los banquillos que pudiera enamorarme de una manera de entender
el deporte que tanto me apasionaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 18pt;">Varios años después de aquella derrota</span></b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 13.5pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 13.5pt;">en Zaragoza, Johan confesaba que a pesar de aquella declaración sabía que
era muy difícil ganar esa Liga del 94 y que sólo el Depor que la tenía tan de
cara podría perderla como así fue. Quizás con aquellas palabras aún sabiendo la
dificultad de la empresa consiguió poner nervioso al equipo gallego, novato por
aquél entonces en aquello de ganar campeonatos. Quizás en sus jugadores hizo
saltar el resorte necesario para darse cuenta de que lo podían conseguir. Hoy
24 de Marzo de 2016 no ha podido con el marcaje al que le tenía sometido un
cáncer de pulmón desde el pasado mes de Octubre. Hacía 11 días declaraba que le
iba ganando 2-0 y que lo podía llegar a vencer. Como en aquél mes de Febrero en
la sala de prensa de La Romareda era consciente de lo difícil que iba a ser
ganarle la partida a esa maldita enfermedad. Pero con ese 2-0 le avisaba que se
lo iba a poner complicado y que iba a por la victoria. Esta vez, y al contrario
que en el 94, no ha podido llevarse el Campeonato. Como en aquella final de
Munich en 1974 le han remontado el partido y le han arrebatado el trofeo más
preciado, el de su propia vida. Como en aquél entonces nadie se acordará del
vencedor. El legado del vencido también va a quedar para siempre en nuestra
memoria. Gracias Johan.<o:p></o:p></span></div>
</div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-48218763704128884212016-02-22T15:46:00.000-08:002016-02-22T15:46:10.861-08:00MESSI, NEYMAR, SUAREZ Y LOS VIAJES DE GULLIVER<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghEOGiBaxew08kdU8VQQvLMLM7KmO_dlC9Gs5PQbp1VNl75fINMPhlyWju_2HLgCyJjO8GsqQQGCNFa301whkDlt5ZFTFXs0DQH1OQoeU196bGjqUDuW0RfBzyCQtIYT0_-blU8AoTjfY/s1600/il_fullxfull.710719038_7nb8.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="452" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghEOGiBaxew08kdU8VQQvLMLM7KmO_dlC9Gs5PQbp1VNl75fINMPhlyWju_2HLgCyJjO8GsqQQGCNFa301whkDlt5ZFTFXs0DQH1OQoeU196bGjqUDuW0RfBzyCQtIYT0_-blU8AoTjfY/s640/il_fullxfull.710719038_7nb8.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Messi, Neymar y Suarez, genios que están escribiendo su propio libro de aventuras</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><b>Allá por
1796</b></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif;">, la editorial Benjamin Motte sacaba a la luz una obra universalmente
conocida y que ha perdurado al discurrir de los tiempos. La novela </span><b style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><i>Los
Viajes de Gulliver</i></b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"> del irlandés Jonathan Swift, se hacía eco de las
aventuras del capitán Lemuel Gulliver a través de cuatro emocionantes viajes en
los que tras diversos naufragios dará la oportunidad a niños y no tan niños de
sumergirse en mundos fantásticos y conocer personajes imaginarios. Para los
pequeños la inmejorable e inocente sensación de echar a volar junto a su parte
creativa. Para los adultos una sátira feroz de la sociedad y la condición
humana camuflada entre las trepidantes líneas de un libro de aventuras. En sus
viajes, Gulliver será un gigante entre enanos, un enano entre gigantes y
llegará a un país habitado por criaturas humanas deformes y violentas y
gobernado por caballos de estilo de vida impecable.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="font-size: large;"><b>Más de
doscientos años después</b></span> de aquello, Messi, Neymar y Suárez han recogido el testigo y la pluma de Jonathan
Swift, la han cargado de tinta roja y azul y a bordo de su inagotable talento se
han lanzado a escribir una obra fantástica que el mundo del fútbol necesitará reeditar
cada cierto tiempo. Una historia gestada siempre desde un bien común y con el
que ponen broche a cada capítulo: la victoria final. Pero al que han elegido
llegar mezclando en sus acciones eficacia, precisión y belleza a partes iguales.
Disfrutando de la plasticidad de un nuevo gol inventado. Desesperándose a la
vez en el ansia de recuperar el último balón perdido. Creando desde el vértigo.
Derribando defensas desde la fragilidad de milimétricas combinaciones. Inundando
de gestos de admiración un graderío que por fin siente algo de coherencia entre
lo que ve y el siempre elevado precio de su asiento. Con la generosidad
necesaria para confundir tres protagonistas en uno. Pero no todos lo ven así. Incapaces
de mirar más allá de un escudo y unos colores o sin entender el verdadero
sentido del espectáculo dentro del deporte, una corriente de opinión pretende arrancar
las hojas de esta obra y sin su permiso convertir el talento en provocación, el
recurso en chulería y la complicidad en postureo. Los mismos que hace nada se
levantaban de sus asientos aplaudiendo asombrados los gestos técnicos de
Ricardinho en el Europeo de Fútbol Sala. Los que en las clandestinas noches de
los 80 compartían con Ramón Trecet el poder de una asistencia de Magic a Kareem
ausentando su mirada por un momento en la búsqueda de algún amigo perdido entre
la grada. Esos que todavía siguen girando enganchados al baile mágico de las
ruletas del mago Zidane o aún sonríen con Garrincha y los engaños de su cuerpo con
el balón parado entre sus desiguales piernas. Esos mismos no van a pararse
siquiera por un momento para disfrutar de algo tan bello y diferente como lo
que nos ofrecen ahora. Prefieren, bufanda en mano, alertarnos y justificar que
cualquier día esa magia puede saltar por los aires ante un rival ofuscado que como
ellos, se sienta incapaz de entender la letra de ese libro de aventuras. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><b><span style="font-size: large;">Los tres
genios</span></b> van a continuar durante un tiempo escribiendo los capítulos de un viaje
que nadie sabe cuándo tocará a su fin. Lo harán para todos los públicos. Para
esos pequeños que con sus acciones echan a volar su imaginación y sueñan con
imitar el último regate inventado. Esos son los que necesitamos. Los que creen
en nuevas historias de sombreros imposibles y penaltis a dos toques y que huyen
del verdugo que un día pueda partir en dos y poner fin a su libro mágico antes
de tiempo. También para los adultos que entienden el deporte como un
espectáculo y para los que no. Para ver si algún día estos pueden ponerse en
los ojos emocionados de ese niño y dejando atrás los odios, las envidias y los
intereses creados por los mayores puedan disfrutar de la esencia de las cosas y
descubrir que en lo distinto también se encuentra lo bello. Para que como esos
niños, puedan ver a estos tres genios como se sentía Gulliver en sus viajes,
diferente. Gigantes en un mundo de enanos, enanos en un mundo de gigantes y
caballos gobernando un país de criaturas humanas deformes. Y estos tres parece
que así se sienten. Diferentes en un mundo en el que en ocasiones algunos no
llegan a comprender tanta belleza. Y es que ya lo dijo Jonathan Swift: “Cuando
en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo:
todos los necios se conjuran contra él.”<o:p></o:p></span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-10981811403360131892016-01-08T06:14:00.001-08:002016-01-25T13:20:17.530-08:00RAFA BENITEZ, SUEÑOS EN BLANCO Y ROJO<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAAow1yDu0bLYL4IMkZmYYNW_vKRlv69TzM_QJ-46B9_dZRREcD-aym5dbphjtIpym-PsroDNH_EyB9HyCc9QWyjRZ2CpbLO1yEnjw3cL8a5Tm9KY8Rn_KgqGucMkNqWc1OTEJmaWFxfg/s1600/Rafa-Benitez-Real-Madrid-career-in-pics.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="458" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAAow1yDu0bLYL4IMkZmYYNW_vKRlv69TzM_QJ-46B9_dZRREcD-aym5dbphjtIpym-PsroDNH_EyB9HyCc9QWyjRZ2CpbLO1yEnjw3cL8a5Tm9KY8Rn_KgqGucMkNqWc1OTEJmaWFxfg/s640/Rafa-Benitez-Real-Madrid-career-in-pics.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rafa Benítez, sueños entre Madrid y Liverpool</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><b>Aquella
tarde Anfield Road</b></span> lucía como en las mejores ocasiones. Con el traje rojo de
las grandes tardes y las gotas de elixir suficientes transpirando por sus muros
para seducir una vez más a sus aficionados. Pero sobre su manto verde esa tarde
no corría el balón. Su marcador no reflejaba los nombres de dos contendientes
listos para escribir la épica de un nuevo duelo. Tampoco el tiempo se esforzaba
en avanzar en un reloj que para muchos se paró hacía ya veintidós años. The
Kop, lleno como siempre, pero con menos sabor a cerveza y más emoción en unos
ojos que ya lo han visto todo. Esa tarde del 15 de Abril de 2011 en Liverpool había
silencio y no había partido. Veintidós años después se volvía la vista atrás para
como cada año, homenajear a las 96 almas que dejaron su vida en la tragedia de
Hillsborough. Con el sentimiento y el respeto con el que sólo en las Islas saben
hacer estas cosas. Sobre el césped, la incansable Margaret Aspinal, miembro de
la <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">Hillsborough
Families Support Group recordaba emocionada a su hijo fallecido aquél día en
Sheffield y el esfuerzo de su Asociación en la búsqueda de justicia ante las
autoridades por lo ocurrido. Y entre aquellas palabras el recuerdo sincero hacia
Rafa Benítez, quien hasta hacía unos meses había sido su entrenador, por todo el
apoyo económico y personal aportado durante los últimos tiempos. Anfield se
pone en pie y rompe en una atronadora ovación hacia el madrileño. Abrumado, Rafa
y su timidez permanecen en su silla. The Kop aparca el silencio contenido y jalea
su nombre en uno de sus inconfundibles cánticos. Animado por su esposa
Montserrat, Benítez se ve obligado a abandonar el anonimato que le ofrecía esa
butaca de la tribuna de Anfield. Se pone en pie, entre lágrimas recoge el generoso
aplauso que Margaret y toda aquella gente le ofrecen y les devuelve un saludo
agradecido. Su etapa al frente del club ya finalizó pero su vinculación con la
familia "red" es para siempre. Por encima de su constancia, dedicación y el
brillo de varios trofeos esa tarde levanta la mejor de sus conquistas. El reconocimiento
y el respeto a un trabajo desde uno de esos pocos clubs en el mundo que
entienden el fútbol y la vida de otra manera.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="background: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b><span style="font-size: large;">Casi cinco
años después </span></b>de aquella tarde, desde Madrid, Rafa Benítez vuela de nuevo hacia
Liverpool. En su maleta decenas de ideas sin desarrollar, cientos de
experiencias sin vivir y un sueño roto en mil pedazos. Doscientos dieciocho días
después de que emocionado fuera nombrado técnico del equipo de su vida, el Real
Madrid, pasaba a ser una muesca más en el siempre humeante revólver de
Florentino Pérez. Después de años de preparación, experiencia acumulada y
éxitos en varios países, el sueño de su vida pasaba por delante de él dejando
tras de sí la estela de una pesadilla difícil de comprender. Una plantilla todavía
abrazada a los cantos de sirena de Carlo Ancelotti, su anterior técnico. Un
equipo poco comprometido con los métodos de su nuevo patrón. Unos jugadores que
a sus espaldas despreciaban el discreto historial vestido de corto de su
entrenador. La opinión pública en barras de bar llenas de librepensadores titulados
en el arte de saber alinear a los jugadores adecuados en el sistema preciso
para una victoria segura. Cuatro o cinco jarras de cerveza les escuchan
atentamente. Esbeltos licenciados en la mala educación, que con la boca llena y
aceite en las comisuras exageran la opulencia de los platos que se sirven en su mesa. Diplomados
en mil carreras ponderando su escasa preparación para un reto como el que
tiene delante y que ellos, desde el anonimato de una red social, parecen estar cansados de superar. Periodistas de bufanda esperándole al mínimo tropiezo para
lanzarse a su cuello y dar a sus amos el trozo de carne fresco del día. Un
hueco vacío en la vitrina esperando junto a la número diez y mirándole en un evidente
desafío. Al final, un sueño convertido en un diamante en bruto con miles de
aristas imposibles de pulir. Y aún con todos esos condicionantes siempre esperó
para un hombre de la casa, el cariño y la tregua que nunca llegó. La confianza
en un proyecto en el lugar donde se desconoce el significado de ambas palabras.
En cada aparición pública la imagen de un hombre cada vez más derrotado. La de
un entrenador preparado pero superado y ninguneado desde dentro y desde fuera, que siempre
aceptará la crítica con el respeto que en esa casa le enseñaron hace muchos
años. Sabe que probablemente en ciertas cosas se ha equivocado pero no esperaba
tantos palos en las ruedas de un carro ya de por sí difícil de mover. Y menos
que descarrilará cuando apenas había echado a andar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><b>Rafa
Benítez se marchará</b></span> mordiéndose la lengua pero con la educación que le caracteriza.
Sin hacer mucho ruido. Recogiendo los últimos pedazos de un sueño que jamás
volverá. Dejando el menor rastro posible y deseando a la víctima que le sucede
el mejor de los éxitos en su travesía por el alambre. Sus futuros éxitos serán
los del Real Madrid, el equipo de Rafa desde chico. Liverpool ya le espera. Ese
pequeño lugar en el mundo en el que el fútbol y la vida se entienden de otra
manera. Allí tiene su hogar y allí le esperan Montserrat, y las pequeñas
Claudia y Ágata. A pesar de todo lo vivido, su corazón siempre será blanco y aquí
está su otra casa pero en esta ocasión no ha notado el apoyo de su gente. Cosa
que sí siente a kilómetros de aquí. Allí respetan el fútbol, las personas y todo su
trabajo. Y sabe también que en Liverpool, en cualquier paseo a orillas del río Mersey
siempre podrá cruzarse con la infatigable Margaret que antes que verse
reflejada en el frío metal de una Copa de Europa ganada in extremis siempre
preferirá hacerlo en los ojos emocionados de su entrenador favorito. Y ese es por
suerte otro sueño que jamás se romperá y le acompañará toda su vida.</span><span style="font-family: times new roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-33895169075309184562015-11-11T15:31:00.002-08:002015-11-11T15:31:30.443-08:00FERNANDO PEYROTEO, CARTAS DESDE UNA MONTAÑA DE GOLESPublicado en el número 58 de Kaiser Football<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhivJBOUzWjaZQp4oBzSJIpdYAYcttopMs6EhIfOrK0ARPZSX5CiwUDaIohQ8SYGajLsKHia-YfoEp7_GMVm5nvKbzjn-c7NPB0P1tf9u0Vn5pQ699gI8olvrBAE1OJ0KpuGBqGbjz0oM/s1600/tumblr_inline_nvjsjh7n7Y1tvwhs2_1280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img ava="true" border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhivJBOUzWjaZQp4oBzSJIpdYAYcttopMs6EhIfOrK0ARPZSX5CiwUDaIohQ8SYGajLsKHia-YfoEp7_GMVm5nvKbzjn-c7NPB0P1tf9u0Vn5pQ699gI8olvrBAE1OJ0KpuGBqGbjz0oM/s640/tumblr_inline_nvjsjh7n7Y1tvwhs2_1280.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fernando Peyroteo, mito goleador del Sporting de Lisboa de los años 40</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-size: large;"><b>Todavía humea el recuerdo</b> </span>del último disparo a gol con éxito de aquél pistolero implacable del Sporting de Lisboa. El eco del “¡Caréga María!” aún resonando desde la banda en boca de su técnico, el exigente húngaro Joseph Szabo. El entrenador capaz de perdonarle una multa a cambio de acompañarle a comprar el despertador más caro para que jamás volviera a llegar tarde a un entrenamiento. Con aquél grito expresaba en su dialecto natal la señal inequívoca de que Fernando Peyroteo ya armaba su pierna con la peor de las intenciones. La temporada 1944/45 ha terminado, con un Subcampeonato en Liga y una “Taça” como botín y Peyroteo aprovecha para desenfundar ahora su pluma y disfrutar de otra de sus pasiones, la escritura. En 1937 aterrizó en Lisboa y junto a los cientos de goles que desparramó por los Estadios portugueses, llenó la maleta de su gusto por el cine y la literatura y que ya en su Angola natal disfrutaba en su tiempo libre. Así que una vez con la satisfacción por el deber cumplido, el que desde entonces es el goleador más efectivo de todos los tiempos escribía la siguiente carta para El Mundo Deportivo y que el diario llevaba en su portada de la siguiente manera con la firma de Francis:<br />
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<i>“¡Qué gran muchacho es Fernando Peyroteo!. El máximo delantero centro de Portugal, internacional por derecho propio y la figura de más relieve en el deporte del país hermano y vecino, es un buen amigo, notable cronista y… ahora, un buen comerciante en ciernes. De tanto en tanto cambiamos algunas cartas con el “prodigio” de Angola, la tierra natal de Fernando y, de todas ellas, entresacamos cosas de verdadero interés que no siempre trasladamos a las cuartillas.<br />Pero ahora, una nueva carta de Fernando Peyroteo, viene tan pletórica de sugestivas noticias, que no podemos menos de entresacar algunos párrafos de la misma para ofrecerlos a la voracidad de nuestros lectores.Vamos pues a comenzar la selección de confesiones del internacional portugués.</i><br />
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<b><em>PEYROTEO: “Pues ya hemos terminado la temporada. Fue de cara y cruz, o sea lo que vosotros llamais “mitad y mitad”: los partidos internacionales fueron en parte de éxito moral y de poco éxito de marcador. Pero hay esperanzas de que nuestra clase llegue a reflejarse en los marcadores internacionales durante la próxima temporada y esto es más que suficiente para que, de momento, nos podamos dar por satisfechos.<br />Como jugador de un equipo de club, he dado fin a mi temporada conquistando el “título” de la “taça”, o sea la competición que vosotros denomináis Copa. Antes de llegar a la final tuvimos que vernos las caras con el “Bemfica”, nuestro eterno rival, lo cual, dio lugar a que tuviera que hilarse muy delgado, tan delgado que, fue preciso un tercer partido de desempate para que pudiéramos llegar a la final.<br />Y aquí radicó lo más amargo de mi vida deportiva; nunca había sido expulsado de un terreno de juego y yo estaba más que orgulloso de los títulos que la afición me otorgaba refiriéndose a mi caballerosidad. Pero esto terminó desde el momento en que un “granate” del Bemfica me provocó tan hábilmente que sin darme cuenta me vi metido y sin salida decorosa, sopena de haber pasado por…miedoso, en un conflicto que el árbitro resolvió expulsándonos al provocador y a mí. ¡Para esto me llevaron a Londres como botón de muestra de jugador ejemplar y “gentleman” cien por cien!<br />Me consuela el pensar que, mi expulsión, no ha podido evitar que el “Sporting Club de Portugal” llegara a la final de Copa con el Olhanense y la ganara, con ciertos apurillos de marcador, porque ya sabes bien que en una final el “malo” se vuelve “bueno” y el favorito las pasa bastante estrechas para adjudicarse el título que la “cátedra” le otorgó por anticipado con toda clase de facilidades.<br />¡En fin, chico, que hemos terminado la temporada felizmente y honores con nuestros “amigos” y vecinos los del Bemfica!<br /><br />Ya sabes que mis deseos son los de no prolongar mucho mis actividades en los terrenos de juego. No es que me sienta viejo ni cansado, pero sí me preocupa mucho el día de mañana. Estoy casado, tengo mi casa y debo preocuparme del mañana, con tiempo, porque el fútbol no ha de durar siempre. Por ahora el ser cronista de deportes me ilusiona pero…aspiro a algo más remunerador e independiente; por eso estoy a punto de abrir una tienda de artículos deportivos en un sitio céntrico, muy céntrico, cerca de Rossio, 45, 2º, donde ya sabes tengo mi domicilio particular.<br />Esto es un hecho, y te agradecería me indicaras casas de artículos deportivos dispuestas a concederme la exclusiva de sus productos. Aquí hay un magnífico mercado y, sobre todo los balones de fútbol españoles tienen fama y son muy solicitados.<br />Armando Ferreira, el internacional que jugó contra vosotros en Las Salesias, está ya del todo bien. La mayoría de socios y admiradores del “Sporting” estaban plenamente convencidos de que no volvería a jugar hasta otra nueva temporada. Y la sorpresa fue mayúscula al verlo reaparecer en partidos decisivos, jugar como antes y no dar señales de la grave lesión que padeció.<br />Armando llevó su granito de arena para la consecución del título y ha dado motivo para que se hablara por aquí del Dr. Moragas. Y como creo que ha sido ya cursada una felicitación oficial, no hago hincapié en este punto.<br />Esperamos la visita de vuestro Barcelona para Septiembre. Se anunció su visita a Campo Grande, se abarrotaron las columnas deportivas de nuestros rotativos con historiales de vuestro famoso club y…todo se vino debajo de la noche a la mañana.<br />En un principio alguien llego a decir que el Barcelona tenía miedo de venir a jugar a nuestros terrenos pero, finalmente reconocióse que el más ajeno a la suspensión del viaje había sido el club de Les Corts.<br />Y no sé porqué tengo el presentimiento de que se han realizado gestiones muy eficaces y que el Barcelona nos visitará en la apertura amistosa de la nueva temporada. ¡Que así sea…aunque no seamos los blanquiverdes los visitados por tan ilustres huéspedes!”</em></b><br />
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<i>Y esto es parte de lo que Peyroteo nos dice en su carta del 28 de Junio pasado, remitida “por aviao” y leída con la complacencia de siempre, máxime conteniendo inmejorables noticias de los buenos amigos que ya hace tiempo tenemos a las orillas del soberbio estuario del Tajo.</i><br />
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<span style="font-size: large;"><strong>Mucho han cambiado los tiempos.</strong></span> Una nueva era de la comunicación nos invade ahora. El futbolista capaz de anotar 9 goles en un partido, 8 en otro, 6 en tres ocasiones, 5 en doce partidos y hasta 4 en 17 encuentros para levantar seis Bolas de Prata como máximo goleador de la Primeira Liga, no encuentra problema para sentarse en su escritorio, escribir una carta y meterla en un avión para contarnos con toda la humildad del mundo como le han ido las cosas. Hace unas semanas Cristiano Ronaldo, también ex del Sporting de Lisboa, recibía su cuarta Bota de Oro como máximo goleador europeo de la pasada temporada. Sólo habían pasado unos días desde que el crack de Madeira superara a Raúl González como máximo goleador de la historia del Real Madrid. Goles y más goles, récords y más récords reconocidos por el público en general y jaleados por sus aficionados para el mejor goleador desde los tiempos de Gerd Müller. Los diarios deportivos y los más importantes medios audiovisuales llevarán la hazaña en grandes titulares ignorando y dejando aparcada la postura del futbolista que no ofrece declaraciones a los medios desde hace varios meses. La actualidad manda. Pero a pesar del torrente de goles y records de CR7, un nombre siempre aparecerá junto al imponente dato de ser el futbolista con el mejor promedio goleador de todos los tiempos: el de Fernando Peyroteo, 331 goles en 197 partidos (1,68 por partido). Su gesta no llenará portadas ni grandes titulares en los medios de la época. Pero con la misma humildad y cariño que aquél goleador portugués amante del cine y la literatura pedía recomendación para su nuevo negocio en ciernes, nosotros le rendimos este sentido y merecido recuerdo tras viajar en el tiempo por la prensa de aquellos apasionantes años 40.LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-46346497663026872282015-10-05T15:07:00.002-07:002015-10-05T15:07:40.271-07:00LA ULTIMA PARADA DE JESUS CASTRO<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
Publicado en el número 57 de Kaiser Football</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCnx1o7Dgh1QoC2VSjj6nXztYXwJTseai2Wmc0wfZ3Byb3-d7h31bw9dn_oSY0e7NtSq1ezEaJrx8bFPQC424Rv32Ye64aKGpu9Kyzo1Fzr7e3GVBaejJNXTq2Dvaius6-MIjpqpcuiuM/s1600/Sportin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="456" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCnx1o7Dgh1QoC2VSjj6nXztYXwJTseai2Wmc0wfZ3Byb3-d7h31bw9dn_oSY0e7NtSq1ezEaJrx8bFPQC424Rv32Ye64aKGpu9Kyzo1Fzr7e3GVBaejJNXTq2Dvaius6-MIjpqpcuiuM/s640/Sportin.jpg" uva="true" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Jesús Castro, en una formación de aquél mítico Sporting de los 80</td></tr>
</tbody></table>
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<span style="font-size: large;"><strong>Los pies de Jesús Castro</strong></span> jugaban con la espuma resacosa que las olas le entregaban antes de desaparecer entre la arena y volver a un mar que esa mañana del 26 de Julio de 1993 ya avisaba que iba a jugar fuerte. A un lado unos cuántos bañistas desafiaban desde la orilla las aguas frías y agitadas a partes iguales bajo la atenta mirada de una bandera roja que no perdía detalle. Al otro, dos pequeños con pinta de ingleses jugaban con un balón. Uno la pegaba de miedo. El otro aprovechaba para lanzarse sobre aquél manto de arena húmeda y así poder demostrar a su hermano que un día no muy lejano el uno de los Pross podría ser suyo. La misma edad, los mismos pateos, los mismos vuelos de Chusi hace 35 años junto a su hermano Enrique cuando lo de “Quini” todavía era propiedad del jefe de la casa de los Castro. Cuando recién llegados desde Oviedo y junto a la fábrica de Ensidesa, la carbonilla de aquellos campos negros como la noche cosían oscuras cicatrices en sus piernas al finalizar cada estirada a los remates imposibles de un Enrique que iba acomodando su cuerpo para años más tarde desde El Molinón regalarnos el golpeo definitivo. Aquella playa cántabra de Amió en Pechón, muy cerca de su Patria Querida, era el reducto perfecto para abandonar cuerpo y alma y poder reflexionar sobre la vida, sobre lo hecho y lo aún todavía por hacer. Habían pasado 8 años desde que Castro había decidido colgar los guantes. Tras de sí, el orgullo de 15 temporadas sacando manos en rojo y blanco. Por delante un mar de tiempo libre y muchas cosas en las qué pensar. En su futuro como gerente en varios negocios de gasolineras. En su hija Joanna, campeona de España juvenil a lomos de su precioso caballo. Pero siempre aparecía un resquicio para su Sporting de Gijón que aquella temporada recién terminada y con las nuevas joyas procedentes de Mareo como Juanele, Abelardo, Iván o Emilio asomándose al primer equipo, había rozado Europa en la primera temporada sin su amigo Joaquín. El último irreductible de aquél equipo que a principios de los 80 miró cara a cara a los grandes de nuestra Liga y en el que él mismo fue decisivo con sus paradas. Con un estilo sobrio y eficaz. Cercano al del mítico Iribar. Alejado a su vez de la espectacularidad y los vuelos del guardián de la selección de entonces, Luis Miguel Arconada y de su gran sucesor en el Sporting, Juan Carlos Ablanedo. Un estilo que caminaba de la mano de su personalidad, reservada e introvertida y que junto a su espigado físico y sus cabellos rubios ensortijados le habían valido el apelativo por parte de su afición de “Maizón” y que los más críticos le recordaban cuando ante un balón dividido todos le animaban a ir en su búsqueda pero Castro prefería una mejor ocasión para salir a por él y resguardarse en su portería. Pero si algo destacaba en Jesús Castro era su calidad humana. Una buena persona siempre dispuesta a echar una mano. En un discreto segundo plano. Consciente de que los focos iban dirigidos al líder de aquél fantástico equipo de los Doria, Joaquín, Cundi, Mesa y Ferrero. Al hombre de los remates imposibles. Enrique Castro “Quini”, su hermano. Risueño como pocos, el halago por sus excelentes actuaciones sonrojaba las claras mejillas de Jesús valiéndole el sobrenombre de “Manzanón” por parte del vestuario. Unos compañeros que sólo podían hablar maravillas de él.</div>
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<span style="font-size: large;"><strong>Unos gritos de auxilio</strong></span> apartaron a Jesús de la profundidad de sus pensamientos. Ese mar bravo que aquella mañana agitaba la bandera roja de la prudencia había elegido como compañeros de juegos a los dos niños ingleses que hacía nada se desafiaban con un balón a unos metros de él. Y sus olas que nunca han entendido de edades ni banderas y sí de fuerza y nobleza comenzó a zarandear a los dos pequeños ingleses. Castro, aparcó la vida que fue y la que será, las gasolineras y los caballos de Joanna. El Maizón no necesitó que la Tribunona le arengará para salir a por aquél balón dividido. La jugada estaba clara. En un suspiro Castro, todo corazón, ya libraba su particular batalla para sacar a los dos pequeños de aquél lance fatal. Tras unos eternos minutos de lucha encarnizada con la fuerza de un mar loco por molestar, los dos pequeños lloraban a salvo entre los brazos de sus padres en la orilla de aquella playa de Pechón. A la vez, el cuerpo de Castro flotaba inerte sobre sus aguas víctima del esfuerzo realizado. Los que le conocen dicen que no sabía nadar, que era más hombre de interior. Que en las concentraciones apenas metía los pies en la piscina. Pero que cuando el guión lo exigía tras la puerta del vestuario local del vetusto estadio de El Molinón, Jesús Castro era el primero en mojarse y una voz que todos respetaban. La voz de una buena persona que se apagó para siempre entre las aguas de aquél mar que había sacado su guadaña y con el que hacía nada intercambiaba confidencias. Había nacido la leyenda…</div>
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<span style="font-size: large;"><strong>Los días de partido la Mareona</strong></span> inunda de rojo y blanco la Avenida del Molinón y el Paseo del Doctor Fleming de Gijón. Al fondo el estadio más antiguo de España, El Molinón. La imponente Tribunona a un lado, un gran escudo del Sporting al otro. Custodiando sobre la fachada de uno de sus fondos al Río Piles que entre Avenida y Paseo ya vislumbra como la Ría de los Vagones le espera al final de su cauce para fundirse en un abrazo amigo con el mar. Y a mitad de camino entre el Estadio que fue toda la vida de Chusi y el mar que se la quitó, una placa para recordar que allí había un Parque al que llamaban Inglés y que hoy es de Los Hermanos Castro. Quini va sorteando con habilidad los avatares de la vida. Manzanón, junto a las estrellas, todavía se sonroja cuando generaciones de sportinguistas todavía siguen transmitiendo su legado en forma de leyenda. La de la última parada de una persona buena que le costó la vida a un gran portero.</div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-22258815336601709742015-07-22T17:39:00.001-07:002015-07-22T17:39:39.150-07:00EL SUEÑO DE IKER<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO4I5KNTazykjacfVbjrjNK9RWlgvmhW1jPlNOPSxPVE4KsN5H-YQZGZgWNwm4uSFHiBU1h0PlvYZ9gEH9Yt3Qu_uPj_-IMqbyMiGm906XshbXxTGZ5mJaYD6Ia2eNUZ75AmgYX59uTDQ/s1600/casillas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="434" nua="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO4I5KNTazykjacfVbjrjNK9RWlgvmhW1jPlNOPSxPVE4KsN5H-YQZGZgWNwm4uSFHiBU1h0PlvYZ9gEH9Yt3Qu_uPj_-IMqbyMiGm906XshbXxTGZ5mJaYD6Ia2eNUZ75AmgYX59uTDQ/s640/casillas.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Iker Casillas, leyenda del Real Madrid</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: large;">No debe ser fácil despertarse de un sueño</span></b> que dura 25 años. Una lágrima de dolor correteando por tu mejilla lo ha conseguido. Debe ser difícil abrir los ojos y encontrarte sólo ante unos extraños que te miran esperando que les digas algo importante. Quizá ellos no entiendan que lo más importante es que vienes de vivir lo que para ti es la historia más maravillosa jamás contada y que hoy se te está marchando para siempre sin poder hacer nada por evitarlo. Que te despiertas del sueño legítimo y compartido que perseguíais miles de locos pequeños en la mejor etapa de vuestra vida. El sueño de las buenas personas. Ese que te atrapó hasta el día de hoy. Desde que estampaste a fuego el uno a la espalda para ser el mejor, aseguraste tus diminutos guantes y antes de cerrar los ojos tuviste que mirar dos veces al pecho. El escudo que ibas a defender por primera vez a tus 9 años era el del equipo de tu vida. Y lo ibas a hacer tú, no otro. El sueño había comenzado. Que nadie lo despierte…</div>
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<b><span style="font-size: large;">Durante ese trayecto has vivido</span></b> momentos mágicos compartidos con gente única. En ese sueño te has cansado de levantar títulos, de romper records, de protagonizar portadas en los diarios de los lunes con la foto de tu última estirada imposible. Has sido el yerno ideal, el amigo de niños y mayores y te has codeado con Brad Pitt en las carpetas de las adolescentes de la época. Has visto como a 600 kilómetros otro loco bajito quería ser el mejor entre miles teñido de azul y grana. Apareció con una batuta, le dieron el 6 y cerró los ojos para a la vez que tú vivir su propio sueño. Os hicisteis amigos vestidos de rojo y amarillo y nos invitasteis a descubrir con vosotros aquellas mágicas noches de verano. En ellas quedarán sepultados para siempre los complejos de un país que destilaba furia y fracaso a partes iguales. Desde entonces ya nada será igual. Tu sueño continuará y verá preocupado como el paso del tiempo te aconsejó en más de una ocasión que lo mejor era despertar. Descubrirás lo mejor y lo peor de la condición humana. Te equivocarás, te caerás y querrás levantarte. Muchos pondrán el pie sobre tu cabeza para que no lo consigas. Otros la pedirán como presente para sus nuevos amos. Desvestirán tu madridismo para juzgarlo sin piedad dejando en el rincón del olvido aquellas tardes de vino y rosas. Los aplausos se tornaran música de viento y querrás despertar cuando el sueño se vuelva una pesadilla insoportable. Pero tu pasión por ese escudo te ayudará a continuar contra viento y marea.</div>
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<b><span style="font-size: large;">No debe ser fácil despertar</span></b>, girarse y ver que las pancartas de esos niños que ayer pedían tu camiseta ya no están. Hoy son un frío panel con la firma de importantes marcas comerciales. Siempre se pueden recoger unas monedas de entre las lágrimas de despedida de tu capitán para costear el fichaje de la próxima estrella en ciernes. Debe ser difícil observar con sana envidia como a la fiesta de graduación de tu amigo de azul y grana han ido todos, hasta la chica que le gusta. Y a la tuya no ha ido nadie. Te han dejado sólo con el gorrito puesto, un matasuegras desplegando indiferencia en cada soplido de tristeza y el micro haciendo el papel de una vela que no quieres soplar para que aquella historia no se apague para siempre. Para no despertarte del sueño que para ti ha sido vivir defendiendo la camiseta del Real Madrid. El sueño de aquél niño que anhelaba ser el mejor y conseguirlo todo. Hoy con todo conseguido y con las lágrimas de la emoción más sincera correteando por sus mejillas se conforma con que lo recuerden como una buena persona. La misma que hace 25 años compartía sueños con otros locos bajitos y con el escudo del equipo de su vida luciendo en su pecho comenzó a escribir una de las historias de amor a un club más maravillosa jamás contada: EL SUEÑO DE IKER CASILLAS.</div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-11131286575088210432015-06-27T12:03:00.001-07:002015-06-28T02:31:09.027-07:00LAS LAGRIMAS DE VICTOR Y VALLEJO: A ZARAGOZA LA DEFIENDE SU GENTE<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh0dE1PFJD_gsIQRFDFmvheANr47jbiFCx9bQ1DntMlusdUk2FNGS985pkvCBoFF5DPM9W8ar2M8wZPCHRDoaaaA7ZbrN5hOgXpDW0639MZwNluTvV0mqglxw1oAxpbHbDr72BkXo9e30/s1600/victor1grande.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="286" lua="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh0dE1PFJD_gsIQRFDFmvheANr47jbiFCx9bQ1DntMlusdUk2FNGS985pkvCBoFF5DPM9W8ar2M8wZPCHRDoaaaA7ZbrN5hOgXpDW0639MZwNluTvV0mqglxw1oAxpbHbDr72BkXo9e30/s640/victor1grande.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Víctor Muñoz, corazón de león zaragocista</td></tr>
</tbody></table>
<b><span style="font-size: large;">Hace poco más de un año Agapito Iglesias</span></b> estampó la firma más deseada por todos. Hizo las maletas, cerró la puerta y abandonó para siempre nuestras peores pesadillas. El zaragocismo respiró aliviado desatando por fin las cadenas que habían sometido a un león que yacía en un rincón, herido, desfigurado y cansado de tanto pelear por nada. Sonrisas cómplices, lágrimas de ilusión y bocanadas de aire fresco ante el nuevo escenario para una afición que ya no podía más. Y casi sin tiempo de ver alejarse para siempre las oscuras tinieblas que cubrían el cielo de la ciudad todos nos giramos al estruendo del portazo de despedida. Ante nuestros ojos y como un viejo edificio a punto de desmoronarse encontramos un club triste que devolvía la mirada a sus gentes con un gesto de preocupación y ahogado en un grito de auxilio desesperado. Sus maltrechos muros se habían vuelto fríos e insensibles tras el daño recibido. El fruto de una gestión desastrosa era una institución herida de muerte. Su estructura requería de una actuación rápida y eficaz para no venirse abajo y dejar sepultados para siempre los recuerdos, la pasión y el orgullo de sus gentes. Fueron semanas intensas, de incertidumbre y duras negociaciones. De grupos inversores, acaudalados empresarios y alguna que otra ave de rapiña escondida tras la silueta imponente de algún mito zaragocista intentando sobrevolar sus muros casi derruidos y lanzar la última dentellada para interés propio a un león vulnerable todavía en la pelea.<br />
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<b><span style="font-size: large;">Con la Fundación 2032</span></b>, encabezada por las familias aragonesas Yarza y Alierta, haciéndose cargo de la dura situación económica, el 15 de Julio de 2014 el entrenador aragonés Víctor Muñoz aparecía ante los medios para ofrecer una rueda de prensa tan emocionante como histórica. Con todos los equipos de la categoría en plena pretemporada y con sus plantillas ya confeccionadas, el Real Zaragoza era un esqueleto deportivo sostenido por un puñado de jugadores de futuro incierto y el reloj de la desaparición descontando los segundos inexorablemente. Y cuando lo fácil hubiera sido mirar para otro lado o alejarse disimuladamente de aquél edificio a punto de derrumbarse, Víctor, trabajador serio y honrado con toda una vida hecha lejos de Zaragoza y una reputación ganada con esfuerzo y dedicación dentro y fuera del campo no lo dudó. No iba a quedarse de brazos cruzados viendo el final del primer equipo de su tierra, el que le dio su primera oportunidad en el fútbol de verdad. Si aquello se venía abajo lo haría con él dentro. Desde el coraje y la fe inquebrantable que siempre exhibió de corto, apuntaló con su rocoso corazón maño aquél edificio en ruinas. Y con su inequívoco estilo nos dio la rueda de prensa más complicada de su vida. Con la voz quebrada y al borde del llanto explicó el porqué de su vuelta. Nos habló del instinto, de orgullo, de sentimiento, de supervivencia. Variables mágicas e intangibles que le habían arrastrado inconscientemente de nuevo a la primera línea de batalla. Del significado del Real Zaragoza como símbolo de identidad para la ciudad y para todo Aragón. De todo lo que supone para sus gentes. Con una emoción que rozaba lo trágico. Con unas palabras que provocaron que tras aquellos ruinosos muros aletargados por la infame gestión de los últimos años, se volviera a escuchar el ritmo latente de un corazón. El león empezaba a sentir…</div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: large;">Casi un año después</span></b> y tras sortear con gran esfuerzo los obstáculos económicos que se iban planteando, el equipo se ha quedado a un paso de recuperar su sitio con los grandes del fútbol español. No ha sido un año fácil. La trayectoria ha sido más bien irregular. Fases ilusionantes con otras para olvidar. Víctor Muñoz fue destituido jornadas antes de terminar la primera vuelta. En el césped ha nacido un nuevo líder. El maño Jesús Vallejo, que a sus 18 años se ha convertido en capitán general y estandarte del nuevo proyecto zaragocista. La Romareda observa calmada como el minuto 32 de cada choque ya no es una bomba de relojería que estalla en dirección al palco. Las mágicas tardes del Play Off de ascenso, con una afición volcada con su equipo, han acabado por reforzar los cimientos en la reconstrucción de un edificio que unos meses atrás se desmoronaba irremediablemente. La estampa de Jesús Vallejo y su llanto desconsolado en Las Palmas tras ver como el anhelado ascenso se escurría entre los dedos, viajan en el tiempo hacia aquél 15 de Julio de 2014 para fusionarse con las lágrimas contenidas de un entrenador empujado hasta aquellos micros por el amor a unos colores y el único objetivo de sostener sobre sus anchos hombros la responsabilidad deportiva de un club que La Fundación 2032 intentaba salvar institucionalmente en los despachos. A pesar de que el ascenso era media vida económica para el Real Zaragoza esas dos instantáneas arrojan la mejor de las noticias. La imagen de un club que vuelve a estar vivo. Queda mucho camino por recorrer pero el Real Zaragoza ya siente. El edificio empieza a levantarse haciendo fuertes sus bases y tras sus muros el león va cerrando sus heridas y ya ruge con orgullo como a lo largo de su historia siempre ha hecho. Y si en los próximos años su guarida amenaza con venirse abajo víctima del paso del tiempo o de la lamentable actuación de algún irresponsable mandatario, la fuerza y la bravura de gente de la tierra como Jesús Vallejo han de hacerse notar desde el césped para sostener sus muros. Si no que nadie dude que fuera de allí Víctor, esté donde esté, volverá a levantarse, se remangará y con toda la humildad del mundo volverá a ofrecernos su corazón blanquiazul para apuntalar con su voz quebrada las veces que haga falta al club de su vida. Y es que como bien dijo el General Palafox, “ Ayer, hoy y siempre, a Zaragoza la defiende su gente”.</div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-39990222844585165302015-05-03T12:05:00.002-07:002015-05-04T13:40:16.769-07:00RAFAEL BALLESTER Y EL ORIGEN DE LAS TANDAS DE PENALTIS<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8v1LPRBWWKsauYjcnZTBh1fg0RdKX1yIboRLsTIOREoGDK8KjY2DjhsXDQ3wxrTfhRFYjBl6F3HgWD3v64liUGhJtZOOe-v7jaRrCcLedn-qrGupTY8IfOL81yRdFr1EzSHErrxAlfJo/s1600/PANENKA.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" closure_lm_186247="null" height="280" iua="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8v1LPRBWWKsauYjcnZTBh1fg0RdKX1yIboRLsTIOREoGDK8KjY2DjhsXDQ3wxrTfhRFYjBl6F3HgWD3v64liUGhJtZOOe-v7jaRrCcLedn-qrGupTY8IfOL81yRdFr1EzSHErrxAlfJo/s1600/PANENKA.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Antonin Panenka, leyenda de las tandas de penaltis</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><strong>La soledad de Roberto Baggio</strong></span> entre 95.000 almas entregadas y su mirada dolorida al césped del Rose Bowl. El balón todavía cayendo de arriba y a unos metros Taffarel arrodillado y señalando al cielo agradeciendo tanta gloria. El Bayern de Kahn enviando a Cañizares a recoger nada más que una triste medalla. No habrá más premio. Juramentos, lágrimas y una toalla roja en San Siro. Urruti en dos atajadas para media Copa en Sevilla, un héroe. Duckadam, sacándolo todo, la leyenda. John Terry resbalando al golpear cuando ya se abrazaba a ella. Eloy y Joaquín construyendo ante belgas y coreanos aquél maldito muro llamado Cuartos. Cesc Fábregas derribándolo y dejándonos ver que había vida más allá de aquella pared. Son las fatídicas tandas de penaltis y algunas de las mágicas estampas que a lo largo de la historia el fútbol nos ha ido dejando. La gloria o la decepción. El héroe o el villano. El título o la nada. La cabeza fría cuando ya no quedan piernas. La resolución menos injusta a un empate. La evolución más justa del fútbol al lanzamiento de una moneda o la extracción de una papeleta, práctica común durante muchas décadas para determinar un ganador en caso de empate. España lo sufrió en sus carnes. Cuando el pequeño Franco Gemma extrajo el papel con el nombre de Turquía para dejar a España sin plaza en el Mundial de Suiza en 1954. Ramallets podría haber sido héroe decisivo ante los turcos en caso de haber existido las tandas de penaltis por aquél entonces. Años después muchos otros habrían preferido un cara o cruz o una mano inocente antes que sellar para siempre su historia personal con el beso amargo de una derrota.</span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><strong>Y aunque oficialmente la idea </strong><span style="font-size: small;">es atribuida</span></span> al árbitro alemán Karl Wald que fue quien, contando con el apoyo de la Federación Alemana la patentó en 1970, la idea original nació en el sur de España, más concretamente junto a la Tacita de Plata, en Cádiz. Rafael Ballester, directivo del Cadiz C.F. y amante empedernido del fútbol y sus normas no soportaba la idea de que un partido de fútbol que acabara en empate se decidiera con una moneda al aire o con la repetición del mismo. El metal era demasiado frío para algo tan pasional como el fútbol. La repetición era costosa en Torneos tan cortos como el Ramón de Carranza. Por eso y como columnista del Diario de Cádiz ya sugirió en 1958 en uno de sus artículos erradicar estas fórmulas. Sugerirá desde esas líneas que el vencedor sea el equipo al que le hayan botado menos saques de esquina en contra. La idea no cuajará y será en 1962 cuando la organización del Trofeo Ramón de Carranza encargue a Rafael Ballester la solución si el empate persiste tras la prórroga. Cada equipo lanzaría cinco penaltis. No sería de manera alterna si no consecutivamente. No hubo que esperar mucho para ver su puesta en escena. Ese mismo año, en la final del Torneo, F.C. Barcelona y Real Zaragoza llegan empatados a uno al final de la prórroga. El pateo del zaragocista Duca se convierte en el primer lanzamiento de un penalti en una tanda. Tras su gol llega el de Seminario, los fallos de Lapetra y Santamaría y el tanto del portero Yarza. En la otra portería y por el Barça anotan Benítez y Re, fallan Camps y Cubillas y convierte Rodri. Tres a tres. Vuelve a lanzar el Barça otros cinco lanzamientos convirtiendo los cinco. Cuando Duca lanza el primero de la nueva tanda para los maños el balón se va al palo. No hace falta seguir. El Trofeo es para el F.C. Barcelona. Los allí presentes serán espectadores de lujo de un hecho que marcará el discurrir del fútbol y llenará sus páginas de tardes de contrastes, emoción e imágenes para el recuerdo. Fue la primera tanda de penaltis de la historia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><strong>Pero si a alguien una tanda de penaltis</strong></span> le supuso la gloria para toda una vida ese será el checo Antonin Panenka. Será en la Eurocopa de 1976 en Yugoslavia. El primer Campeonato importante en el que todo llegó hasta el final en empate y se iba a decidir desde el punto fatídico. Delante de la sorprendente Checoslovaquia la campeona de Europa y del Mundo Alemania. Delante del decisivo lanzamiento de Panenka el mejor portero del momento, Sepp Maier. Lo que vino después todos lo conocemos. Maier a un costado, el pie del checo acariciando las costuras del balón y el lento caminar de este por el centro de la portería hasta besar la red. Surgirán imitadores con suerte dispar pero aquél genio del bigote pasará a la historia por su osadía. Una moneda al aire nos hubiera privada de ese gesto mágico y a Antonin de su momento para siempre. Y un poco de culpa en eso tiene Rafael Ballester, gaditano y cadista a partes iguales. Vecino de la tierra del duende, la chirigota y la buena vida. Allí junto a las nubes, desde lo alto del Estadio Ramón de Carranza donde Carmelo era Beckenbauer de la Bahia y Gonzalez un mago Salvadoreño, Rafael Ballester conversa de fútbol junto a otros ilustres cadistas como Manuel Irigoyen. Están preocupados con la marcha de su Cádiz. Algo habrá que inventar. Como aquellas promociones de ascenso de Don Manuel para agarrar a su Cádiz a la Primera División de aquellos primeros años 90. Como aquellas tandas de penaltis de Don Rafael, de las que el mundo y Antonin Panenka en especial siempre le estaremos agradecidos.</span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-23434912346545040992015-04-01T09:34:00.002-07:002015-04-01T09:34:53.306-07:00WILFRED, EL ÍDOLO DEL OTRO FUTBOL<div style="text-align: justify;">
Publicado en el número 55 de Kaiser Football
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdX56d7emBm9cv_3WG3rlPxw08XI1Hr267L1fCmsipYdGicvSg3B31qSJJ3LXg8HwSYQiIanUvnjKPKFckJrIa4OHlRkTwGuxhsB5NBhcjzATpSuljYj8SscavqhhiYAL-NEn7CmxzSqw/s1600/Descansa+Willy+CD.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" closure_lm_998045="null" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdX56d7emBm9cv_3WG3rlPxw08XI1Hr267L1fCmsipYdGicvSg3B31qSJJ3LXg8HwSYQiIanUvnjKPKFckJrIa4OHlRkTwGuxhsB5NBhcjzATpSuljYj8SscavqhhiYAL-NEn7CmxzSqw/s1600/Descansa+Willy+CD.jpg" height="318" lua="true" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Wilfred, ídolo de Vallecas en los años 90</td></tr>
</tbody></table>
<strong><span style="font-size: large;">Principios de los 90. Suereste de Madrid. </span></strong>Cualquier bar del conocido barrio de Vallecas. Domingo, horas antes de las cinco de la tarde, el dia D y la hora H del fútbol de verdad. El del bocata, el transistor y el gol en Las Gaunas. El de los narradores deportivos, solapando sus voces en aquellos minutos mágicos de goles simultáneos en todos los Estadios. Cerveza, bullicio y entre una cortina de humo un viejo futbolín de madera maciza. Varios niños arremolinados a su alrededor buscando el momento de exhibir sus habilidades. El fútbol en cinco duros para demostrar quién manda en el barrio además del Poli Díaz. Una imperfecta línea de pintura roja cruza el frío hierro de la camiseta del equipo blanco. El clásico Barça-Madrid de un bar cualquiera es un Rayo-Barça para los vallecanos. David contra Goliat como gusta en Vallecas. Siempre retando al poderoso. La bola circula con gran rapidez entre el eterno y sólido 4-3-3 con el que forman ambos equipos. Concentración en la cara de los niños. Miles de golpes en los inexpresivos y deformados rostros de aquellos muñecos. Ultima bola. Empate en el marcador. Laudrup filtra un golpeo mágico entre Cota y Josete. La bola busca su sitio natural para dormir en las entrañas de aquella caja de madera hasta que la ilusión de otras veinticinco pesetas la vuelva a despertar. Pero allí está el pequeño Raúl, rayista hasta la muerte, empuñando fuerte su mando y deslizando la barra que atraviesa el costado de su portero para desviar aquél malintencionado golpeo. La bola sale despedida atravesando el bosque de hierro que forman las piernas de ambas escuadras hasta caer a pies de Pedro Riesco que la cruza con habilidad ante Zubi para cerrar el partido. Gana el Rayo. Todos miran a Raúl. Su acción salvadora ha decidido el partido. Él mira orgulloso su portería. Al muñeco que durante aquella época Vallecas pintó de negro en esos pequeños estadios de fútbol de hierro y acero con la pintura del cariño y la admiración que el barrio madrileño entregó al nigeriano Wilfred Agbonabvare. Un futbolista que llegó sin hacer ruido. Que cayó de pie en Vallecas metiéndose a la gente en el bolsillo gracias a su carácter afable y sus grandes actuaciones bajo los tres palos. Echando el candado a la portería de aquél Rayo en ocasiones matagigantes de aquellas temporadas de principio de los 90. Un ídolo para un barrio obrero que tenía en su Rayo al más genuino representante del fútbol madrileño más humilde siempre a la sombra de dos gigantes como el Real Madrid y el Atlético de Madrid. Wilfred permaneció seis temporadas en Vallecas, participó en el Mundial de USA´94 a la sombra de Peter Rufai y aunque no todo fueron días de vino y rosas, dejó una huella imborrable por su calidad humana y deportiva. Pero un día los focos se van apagando lentamente y los grandes titulares ya sólo son breves reseñas de alguna correcta actuación. El fútbol de élite devuelve a esos héroes temporales al anonimato desde el que un día llegaron para ganarse la vida y tocar por un momento la gloria y la fama. Abandonará el fútbol muy joven, a los 31 años, para llevar una vida sencilla y austera como un vecino más de Madrid. Lejos de los aplausos y el olor a césped, la vida no será muy generosa con Wilfred. Su esposa sufrirá el calvario del mal de nuestro tiempo. Un cáncer de mama contra el que Wilfred nada pudo hacer tras haberlo intentado todo. En busca de su cura invertirá todo lo que tenía y se quedará sólo y arruinado. Saldrá adelante y se ganará la vida como un trabajador más. El uniforme de trabajo ya no lucirá un uno en su espalda y el escudo del Rayito en el pecho será el logo de alguna importante multinacional. Los nuevos guantes ya no atajarán balones sino el riesgo de algún accidente laboral y los envíos no serán centros al área para una valiente salida sino simples paquetes buscando un próximo destino. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
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<br /></div>
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<strong><span style="font-size: large;">El maldito cáncer se ha llevado a Wilfred</span></strong> para siempre a principio de 2015. Se ha marchado con el mismo sigilo con el que fue haciéndose un hueco en el corazón de aquél barrio. Partido a partido, parada a parada, sonrisa a sonrisa. Los tiempos como el fútbol han cambiado. Vallekas con k, aprieta los dientes en estos tiempos de crisis. Los aficionados del Rayo Vallecano mantienen su particular cruzada contra el fútbol moderno mientras su equipo se atreve a discutir la posesión a los más grandes. El pequeño Raúl, rayista hasta la muerte, es ahora un hombre a bordo del barco pirata que cada 15 días despliega velas en el Estadio de Vallecas. Corazón franjirojo, dos tibias y una calavera tatuadas en su piel. Hace frío en Vallecas y esa mañana se dirige hacia la puerta uno del Estadio. Allí Wilfred va a recibir el homenaje del Rayo Vallecano. Esa puerta llevará su nombre. Un enorme graffiti con su cara la custodiará. Raúl recuerda cuando empuñaba con fuerza aquél mando con el que manejaba a Wilfred. Y observa como la pintura negra que en su barrio cubría a aquél portero de futbolín para hacerlo ídolo decisivo de aquellos partidos de cinco duros y orgullo de todo un barrio hoy cubre su rostro en esa puerta uno para convertirlo en leyenda rayista y símbolo de un fútbol de otra época. El fútbol de verdad. El de los futbolines de madera y partidos en domingo a las cinco de la tarde. </div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-68257119387096920602015-03-02T15:15:00.003-08:002015-03-04T15:45:51.035-08:00PAUL GASCOIGNE, EL GENIO EN UNA BOTELLA<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial; font-size: x-small;">Publicado en el número de 54 de Kaiser Football</span> </div>
<div align="left" class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="height: 268px; margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center; width: 305px;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVj0xQabOLrcX59B6kkt6Y_1KP08Uu1U_XMAiMrNciPP_J-pq-ikN5exT62Qma_NHfm41k7ekd55tpPEK3HAuVu3nVl5aJ3WvgLR1GKVscl8IZ6fxSeJb6viUHwhRe1HuOFqPzuQ0-2go/s1600/gaza.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVj0xQabOLrcX59B6kkt6Y_1KP08Uu1U_XMAiMrNciPP_J-pq-ikN5exT62Qma_NHfm41k7ekd55tpPEK3HAuVu3nVl5aJ3WvgLR1GKVscl8IZ6fxSeJb6viUHwhRe1HuOFqPzuQ0-2go/s1600/gaza.jpg" height="334" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Paul Gascoigne, genio y figura del fútbol británico</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><strong><span style="font-size: large;">“Hago lo que quiero, cuando quiero y como quiero”.</span></strong> </i>Hay frases que llevadas al extremo de su significado y convertidas en tu <i style="mso-bidi-font-style: normal;">modus vivendi </i>dice mucho de quien las pronuncia. Leídas tras el efecto distorsionador del cristal de varias botellas de whisky medio llenas o medio vacías según se mire, se convierten en un peligro. Si quien las pronuncia atiende al nombre de Paul Gascoigne el efecto es devastador. Un genio que salió de su botella para beberse la vida. Para sufrir en sus carnes lo peor de una adicción empeñada en dejarnos para siempre el recuerdo de un ídolo caído capaz de bajarte la luna y hacértela añicos un rato más tarde. De regalarnos imágenes impagables. Esas que queremos que permanezcan en nuestra mente y no la de la más absoluta de las decadencias. Siempre al límite. Destrozado en la tristeza. Exultante en la alegría. Regalándonos sus lágrimas en aquél Mundial de Italia en 1990. En una semifinal a brazo partido. Balón dividido. El ímpetu de Gascoigne se lleva por delante al rival. Cuando el alemán Thomas Berthold inicia sus vueltas de campana Gazza sabe lo que se le viene encima. La petición de clemencia no será suficiente. Sabe que esa cartulina amarilla al cielo de delle Alpi le aparta en esos momentos de una posible final que jamás llegará para los ingleses. Y llorará desconsolado para emocionar a medio mundo. Seis años después le esperaba la Eurocopa en su país y la otra cara de la moneda. Tarde soleada y el Estadio de Wembley todavía con el recuerdo en blanco y negro del efímero éxito del 66 y el estómago vacío desde aquél entonces. Paul sabe que es el elegido para galopar con paso firme hacia la gloria a lomos de su inmenso talento. El vecino escocés enfrente. Con el 1-0 para los ingleses David Seaman acaba de parar un penalti y es hora de apuntillar al contrario. Balón al hueco para Gascoigne. El genio se viste de smoking y chistera aparca los vicios y nos regala un gesto para siempre. Sombrero al cielo de la Catedral para que el mítico Collin Hendry pase de largo, confunda la pelota con el sol y desde el suelo sólo la pueda ver reventarse a la red sin ni siquiera haber besado el césped. Su celebración es un grito de felicidad en el lugar donde se siente importante. En el sitio donde el ídolo con pies de barro todavía sostiene las vergüenzas que lejos de allí se le van cayendo a pedazos. Singular, polémico, indomable y en ocasiones cómico, Paul Gascoigne irá desarrollando durante su vida una dependencia total del alcohol y las drogas que unido a varias lesiones importantes acelerarán el ocaso de una carrera que circulará a gran velocidad entre el talento y la polémica entre el éxito y los escándalos. Newcastle, Tottenham, Lazio, Glasgow Rangers, Middlesbrough y Everton disfrutarán al genio y sufrirán al demonio. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<o:p></o:p><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong><span style="font-size: large;">En la actualidad continúa</span></strong> enganchado a una enfermedad de la que no hace responsable a nadie más que a sí mismo. Él tentó a la cara oscura de la vida y ahora no puede apartarse de su mirada. Ya no hace lo que quiere, cuando quiere y cómo quiere. La bebida ya lo hace por él. Ha intentado poner fin a su vida varias veces, como cuando en Septiembre de 2008 fue hallado en la habitación de un hotel de Faro en Portugal con una sobredosis de drogas y alcohol. Ha iniciado diversos tratamientos pero tarde o temprano el alcohol ha hecho acto de presencia nuevamente en su vida. A Paul Gascoigne nadie parece querer ayudarle y cuando una mano amiga se le acerca él no suelta su botella para agarrarse a ella con firmeza. Ha llegado a asegurar que la prensa nunca escribirá que Gazza está bien porque eso no vende. Cuando el balón rodaba todo quedaba oculto tras el talento y la fuerza de este genio inglés que un día salió de su botella para exprimir la vida hasta la última gota. Cuando los focos se apagaron el genio desnudo no tuvo con que tapar sus vergüenzas. Las lágrimas y los sombreros imposibles que un día nos regaló para siempre no están siendo suficientes.<o:p></o:p></span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-69409229627920324882015-02-01T08:17:00.001-08:002015-02-01T08:17:31.872-08:00GERD MÜLLER, GOLES SIN MEMORIA<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Publicado en el número 53 de Kaiser Football</span><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgd2_9n9CvIImLgILgyK6LXAEpCJiL9rORZg1v9aTZffATy-GBcJi5w6wpekHgfle8zMdolwfWO8faN6b1OnjWQn2AZKExcLN43Z_OIPZMLvDK4Sz2q6JEnVrq8QDAH-JDX2w56XJsVQjk/s1600/gerd_muller_cele_final_1972.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgd2_9n9CvIImLgILgyK6LXAEpCJiL9rORZg1v9aTZffATy-GBcJi5w6wpekHgfle8zMdolwfWO8faN6b1OnjWQn2AZKExcLN43Z_OIPZMLvDK4Sz2q6JEnVrq8QDAH-JDX2w56XJsVQjk/s1600/gerd_muller_cele_final_1972.jpg" height="450" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gerd Müller, mito goleador alemán de los setenta</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong><span style="font-size: large;">Rainer Bonhof
se internó</span></strong> por la derecha y sin mirar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la
puso allí. En aquél espacio sin edificar pero que era su casa. Entre aquellas
cuatro líneas de cal de las que había hecho su vida. Rodeado de rubios invitados
vestidos de naranja. Bonhof envolvió el regalo con su pie derecho y apuntó su
dirección. Müller abrió la puerta para recogerlo, buscó su espacio, despachó a
los neerlandeses, y lo llevó junto a la red que servía de almacén para esos
cientos de presentes que coleccionaba en forma de gol. En esa ocasión el que
volteaba el marcador del Olímpico de Munich aquella oscura tarde y que ponía en
ventaja a Alemania dos minutos antes de que llegara el medio tiempo. El más
importante de los 680 con los que perforó durante 17 años las redes de medio
mundo. El que con el pitido final coronaba a su país como campeón de su propio
Mundial en 1974. Goles y más goles desde aquellos 176 rocosos centímetros que
hicieron de esa suerte su forma de vida. Desafiando gigantes. Pensando antes
que el otro. Golpeando cuando el rival todavía se estaba girando. Con la
portería siempre ubicada en su cabeza. Invitando a sus compañeros a meterla
allí, al espacio reservado para unos pocos. El se encargaría de llevarla
adentro. Y así toda una carrera agradeciendo pases, dedicando goles, levantando
títulos. Copas de Europa, Bundesligas, Eurocopas, aquél Mundial... Con aquél
Bayern de Munich aplastante de mitad de los 70 y base de una Mannschaft
campeona. Pero todo un día llega a su fin. Nuevos inquilinos le invitan a
abandonar ese espacio en el construyó el mito del Bombardero de la Nación. Le
sacan el 9 de la espalda. Cuelga las botas. Se apagan los focos. Todo se acaba.
Y desde lo más alto de la montaña de goles y más goles que la rutilante
estrella ha ido construyendo desde aquél área que fue su hogar, el hombre
anónimo comienza a despeñarse ahogado en una vorágine de alcohol, drogas y diversos
fracasos empresariales. Problemas familiares y una vida regida por el caos,
característica común de una nueva situación que, lejos de las áreas, nadie le
ha enseñado a vivir. En 1992, su club de siempre le ayudará en su tratamiento y
lo incorporará a su organigrama deportivo. Un poco de orden al amparo del
gigante bávaro con quien tanta gloria intercambió. Nada cómo estar de nuevo en
casa. Todo parecía superado hasta que una madrugada del mes de Julio de 2011
saltaron todas las alarmas. Tras varias horas de búsqueda fue hallado por las
calles de la localidad italiana de Trento, donde se encontraba de pretemporada
con el equipo juvenil del Bayern de Munich, perdido, sólo y desorientado. Salió
del hotel y detuvo un taxi con parada la estación de tren. El destino: su
hogar, su casa en Baviera…<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong><span style="font-size: large;">Desde
aquél episodio</span></strong> las apariciones de Gerd Müller han sido contadas. Si acaso para
ver como goleadores modernos superan sus bestiales registros. Futbolistas que
parten de unas zonas para llegar al gol por otras. Implacables goleadores como
él, con la magia como herramienta de uso diario, dueños de un talento que los
hace excepcionales. Como el de Gerd Müller. Todos sabían que siempre estaba
allí. Nadie cómo el balón había vuelto a besar su portería. Poco a poco sus
longevos récords van cayendo uno detrás de otro tras el alud de goles de los
Ronaldo, Messi, Cristiano o Klose. Mejor ahora que no más tarde. Todavía a
tiempo de sonreírles por haber sido su dueño durante todo ese tiempo. Todo
apunta a que la alargada sombra de una cruel enfermedad le aguarda para
disputar el partido de la última etapa de su vida. Para borrar todos esos goles
de su memoria. Tiene nombre de duro defensa alemán de la época: Alzheimer. Gerd
le esperará para tumbarlo cuando todavía se esté dando la vuelta. Y si un día
tienen que volver a buscarlo, que lo hagan en Baviera, en el Olímpico de
Munich. En el sitio donde se orientó como nadie en el mundo para romperla hacia
dentro. Sobre ese espacio sin edificar y las cuatro líneas de cal que fueron toda
su vida.</span> </span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-34736791060283678182015-01-20T05:36:00.000-08:002015-02-01T08:35:42.336-08:00EL SABIO, EL NIÑO Y EL FÚTBOL DE LA CALLE<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Dedicado a mi hermana Silvia y a mis amigos atléticos de Soria</span><br />
<br />
<div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="http://resizer.abc.es/resizer/resizer.php?imagen=http://www.abc.es/Media/201501/15/torres-efe--644x362.jpg&nuevoancho=644&nuevoalto=362&encrypt=false" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="http://resizer.abc.es/resizer/resizer.php?imagen=http://www.abc.es/Media/201501/15/torres-efe--644x362.jpg&nuevoancho=644&nuevoalto=362&encrypt=false" height="358" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption">Fernando Torres, alumno aventajado de Luis Aragonés </td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="separator" style="-webkit-text-size-adjust: auto; clear: both; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 24px; overflow: hidden; position: relative; text-align: justify;">
<span style="position: relative;"><span style="position: relative;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong><span style="font-size: large;">Aceptó ser el Sabio</span></strong> aunque siempre sostuvo que la sabiduría en casa de los Aragonés era cosa de su hermano Matías. Y para justificar semejante calificativo esperaba a las grandes citas. Para demostrar que el que más sabía de aquello era él. Sin grandes fórmulas ni ecuaciones mágicas llovidas en noches de inspiración y desvelo. Acercando al futbolista a los más primitivos instintos. La pasión, el rencor, la venganza. Al fútbol de la calle. Mezcla explosiva que acababa por saltar por los aires los resortes de la tensión acumulada por sus hombres en aquellos importantes partidos. Que otorgaban a sus jugadores el aliento necesario para hacerse siempre con ese balón dividido. Noventa minutos desde la emoción y el amor a tu escudo. La piel en cada centímetro de césped por esa grada entregada a tu esfuerzo. Y aquél 27 de Junio de 1992, Luis sabía que era uno de esos días. Levantar la Copa del Rey ante el Real Madrid en su Estadio bien lo merecía. Y allí, en las entrañas del Coliseo blanco, en el vestuario visitante, Luis esperó su momento. Diseñó minuciosamente la táctica, los movimientos, la estrategia. Trazó las líneas de la victoria sobre la pizarra. Decenas de flechas de ida y vuelta camufladas entre los nombres de los elegidos para la ocasión apuntando al corazón blanco. Luis terminó su exposición y miró a los ojos a sus jugadores:<o:p style="position: relative;"></o:p></span></span></span></div>
<div style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 24px; position: relative; text-align: justify;">
<span style="position: relative;"></span><span style="position: relative;"><span style="position: relative;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Lo han entendido?. ¿Sí?. Pues esto no vale para nada. Lo que vale es que sois mejores y que estoy hasta los huevos de perder con estos, de perder en este campo. Lo que vale es que sois el Atlético de Madrid y hay 50.000 que van a morir por vosotros. Hay que morir por ellos, hay que salir y decir en el campo que sólo hay un campeón y va de rojo y blanco.<o:p style="position: relative;"></o:p></span></span></span></div>
<div style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 24px; position: relative; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; position: relative;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 24px; margin: 0cm 0cm 10pt; position: relative; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="position: relative;"><span style="position: relative;"><strong><span style="font-size: large;">A la media hora</span></strong> dos zarpazos de Schuster y Futre ya ponían tierra de por medio. Un Atlético hipermotivado devoró a un Real Madrid todavía noqueado por el desastre liguero de Tenerife tres semanas antes. Aquella noche de verano del 92 el cielo de la capital vió coronarse a un equipo al que su entrenador vistió para la ocasión con los colores del sentimiento y la emoción. </span></span><span style="position: relative;"><span style="position: relative;">Más de 22 años después de aquello, Fernando Torres abre la puerta de aquél Estadio que siempre le vió salir con el gesto torcido y la pólvora mojada. Jamás desvirgó las redes vikingas. Es la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey 2014/15. Es el Santiago Bernabeu. El Templo del enemigo de toda una vida. El 2-0 de la ida pone en ventaja a los colchoneros pero bajo aquellos muros, entre épicas hazañas, descansa sepultada la palabra imposible. No pueden confiarse. El Niño ha vuelto a casa hecho un hombre. Las pecas recogidas pero el mismo gesto de ilusión en su cara. El curriculum trazado con la pluma del éxito y la mochila cargada de unos títulos que cambió por goles decisivos. El Cholo no lo dudó y lo llevó a su Atleti. No <span style="position: relative;"> </span>ha dado su mejor nivel ni en el Chelsea ni en el Milán y sabe que con el cariño de los suyos puede recuperar su mejor versión. Muchos lo ponen en duda y hoy tiene una gran oportunidad para cerrar las bocas del oportunismo más voraz. Hoy será el referente en el ataque rojiblanco. Como en aquella noche de verano del 92 la pizarra del vestuario visitante está repleta de líneas y más líneas que crean emboscadas imposibles para el rival, de trampas escondidas entre rápidas contras que puedan matar el partido. Fernando anda concentrado. Hoy es el día. En su pensamiento las palabras del Sabio. Sabe cuál es su trabajo. Lo ha entendido, sí. Pero eso no vale para nada. Lo que vale es que quiere volver a ser el mejor y que está hasta los huevos de perder en ese campo. De no saber lo que es enloquecer por acariciar esas redes. Lo que vale es que ha vuelto al Atlético de Madrid para volver a sentir en rojo y blanco.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 24px; margin: 0cm 0cm 10pt; position: relative; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 24px; margin: 0cm 0cm 10pt; position: relative; text-align: justify;">
<span style="position: relative;"></span><span style="position: relative;"><span style="position: relative;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong><span style="font-size: large;">Lo que sucedió después</span></strong> todo el mundo pudo verlo. La historia de una hazaña que no pasó del minuto uno de cada parte de aquél partido. El tiempo que Fernando Torres tardó en gritar gol al cielo del Santiago Bernabeu y dejar en blanco la página de la épica que desde Concha Espina ya empezaban a escribir. El Niño convertido en hombre ha vuelto a su casa para acabar la historia que dejó incompleta un día que decidió echar a volar. Para decirle al mundo del fútbol que aún tiene mucho que decir y derribar muros que antaño parecían infranqueables. En aquella fría noche de copa madrileña Torres se siente triunfador. Abrazos, felicitaciones y enhorabuenas. Y en una parte de su pensamiento las gracias al Sabio de Hortaleza. Ese que a cambio de goles y Eurocopas le regaló una manera de entender el otro fútbol. El fútbol de la calle. Ese que en los momentos importantes destruye pizarras y se juega desde la emoción y la mirada apasionada a tus jugadores.</span></span></span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8347590382998658423.post-69894424018094716482014-12-08T06:29:00.002-08:002015-01-29T15:22:20.819-08:00EDMAR HALOVSKYI, DEL MUNDIAL A LAS TRINCHERAS<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Publicado en el número 51 de Kaiser Football</span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg63v95bgLxUlv-eH0r8eAfeny7LTZPJWAMTfwBU6H_Xd8bRauVQ-qDQKuEHL1QFiQ8xnPBm_fw9a_B8nMMnSFgzCRVrfeDZgyOglIcqnChX5Xp8t9yq5fQKhkqrEpCQ6AlK46gfTby3k/s1600/untitled.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg63v95bgLxUlv-eH0r8eAfeny7LTZPJWAMTfwBU6H_Xd8bRauVQ-qDQKuEHL1QFiQ8xnPBm_fw9a_B8nMMnSFgzCRVrfeDZgyOglIcqnChX5Xp8t9yq5fQKhkqrEpCQ6AlK46gfTby3k/s1600/untitled.png" height="454" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Edmar Halovskyi, un ucraniano con alma brasileña </td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong><span style="font-size: large;">El balón
vino servido</span></strong> desde el flanco izquierdo. Para que el nuevo ucraniano Edmar se
disfrazara del brasileño que siempre fue y en un giro de tobillo de su guante
derecho dejara en ventaja a Roman Zozulia. El rubio delantero supera con
suspense a Lloris y pone el 1-0 ante el combinado galo. El Olimpico de Kiev
vibra como nunca. Edmar corre tras su compañero para abrazarlo. En su camino cierra
los ojos y se ve cumpliendo un sueño. El de volver a su país de origen para
jugar un Mundial, vestido de amarillo. No con la canarinha con la que nació,
sino con la ucraniana que le adoptó. Es 15 de Noviembre de 2013 y la repesca
saca su gancho para meter por la puerta de atrás a las últimas selecciones en
el Mundial de Brasil 2014. Es el minuto 61 y ese gol acrecienta la ilusión de
los ucranianos. Y aunque Yarmolenko pone en el 82 el 2-0 de penalti, Francia
impone su calidad y experiencia y consigue vencer 3-0 en la vuelta para poner
fin al sueño de Ucrania de estar presente en la fiesta mundialista de 2014.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong><span style="font-size: large;">No debe
ser fácil</span></strong> cambiar la fina arena de la Playa de Ipanema por el crudo invierno
del este de Europa. Las caipirinhas por vodkas o las gradas atestadas de
apasionadas torcidas por los fríos trozos de hormigón salpicados de hieráticos
militares ucranianos camuflados bajo sus ushankas. Meses después de que Cafú
levantará el Pentacampeonato para su Brasil en tierras germanas, Edmar de
Lacerda Aparecida<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>decidió poner fin a su
corta etapa en el fútbol de su país y probar suerte en el exterior. Con 22 años
abandonó el Internacional de Porto Alegre para enrolarse en las filas del
Tavriya Simferopol, equipo de la capital de Crimea y por entonces de la Premier
League Ucraniana. Edmar derribaba así la puerta de un fútbol y una cultura
desconocida para muchos. Aparecía solo, alejado de los focos y la lluvia de
petrodólares que rodean las llegadas de sus compatriotas hoy en día. Actuales fichajes
a bombo y platillo para crear auténticas comunidades brasileñas en los mejores
equipos rusos y ucranianos. Goles a ritmo de samba refugiados al calor de unos
leotardos y un par de guantes. En Simferopol permaneció hasta 2007,
capitaneando al equipo y exhibiendo un buen nivel con su juego creativo desde
los tres cuartos. Y allí será donde conocerá a Tetiana Halovskyi con la que se
casará en 2008 y de la que adquirirá su apellido de allí en adelante. Edmar de
Lacerda dejaba paso a Edmar Halovskyi. Uno de los grandes del fútbol ucraniano,
el Metalist Járkov del millonario Oleksandr Yaroslavsky pondrá sus ojos en él y
concretará su fichaje en el verano de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>2007. Edmar sabe que el sueño de jugar para su
país natal Brasil es una quimera. Los pujantes talentos brasileños están
creando la base de un equipo que quiere su Mundial a toda costa y cercenan
cualquier esperanza de un debut a sus 31 años. Pero está rayando a gran altura
en Járkov y no duda en aceptar la llamada de Oleg Blokhin para ayudar a su país
de adopción en busca de su primera clasificación para una cita mundialista
desde 2006. Y así el 10 de Agosto de 2011 debuta en un amistoso contra Suecia
con derrota por 0-1. Hasta once entorchados contemplarán la carrera
internacional de Edmar Halovskyi con Ucrania. Uno de los últimos aquél que
terminó con 2-0 y que por un momento hizo soñar a Edmar con un regreso triunfal
a su país para disputar una Copa del Mundo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span> </div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><strong><span style="font-size: large;">20 de
Julio de 2014</span></strong>. Los últimos rescoldos de Brasil 2014 van apagándose. Alemania
volvió a desempolvar su Panzer para subirse y aplastar como siempre nos tuvo
acostumbrados. Brasil llora la versión moderna de su Maracanazo. España sigue
en la lona, aturdida, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>intentando
levantarse. Son las sensaciones y las consecuencias que siempre deja el mayor
espectáculo del Mundo. Pero en Ucrania poco importa todo aquello. Desde el 22
de Febrero de ese año, la tensión en el país crece entre la milicia separatista
prorrusa y el ejército ucraniano. El clima de guerra civil se palpa en el
ambiente. Ese 20 de Julio llegan noticias de que varios jugadores brasileños
del Shakhtar Donetsk no quieren volver al país hasta que no se les garantice un
mínimo de seguridad y se dan a la fuga desde su concentración en Francia. Ese
mismo día en casa de los Halovskyi se recibe una notificación inesperada. Edmar
es llamado por las autoridades ucranianas para combatir en el frente. La
sorpresa inicial deja paso a la incredulidad y pánico posteriores. Él sólo sabe
jugar al fútbol. Es lo que ha hecho toda su vida. Sus únicos disparos los han
recibido los guardametas rivales. Los contrarios acaban dándole la mano tras
las batallas de cada 7 días y las líneas enemigas son sólo rivales que superar.
No entiende de guerras. Tras el susto inicial, los dirigentes del club ayudarán
a Edmar y aclararán el asunto. Al tomar el apellido Halovskyi, las autoridades
lo consideraron un ucraniano más que defender la causa del país en el frente,
sin percatarse de que se trataba de un futbolista profesional. Edmar quiere que
todo vuelva a la normalidad. Que la situación en su país de adopción se
normalice y pueda volver a disfrutar del fútbol como lleva haciéndolo desde que
aterrizó en aquellas lejanas tierras. Si lo consigue tal vez las puertas de la
Selección de Ucrania puedan volver a abrirse para cumplir su sueño de jugar un
Mundial. Ni más ni menos que el de la vecina Rusia. Será en 2018. Queda lejos y
se le va muriendo el fútbol. Pero después de lo sucedido en los últimos meses
todo es posible. En los que pasó de estar muy cerca de defender a Ucrania volviendo
a su casa vestido de amarillo como mundialista a hacerlo de verde militar en
una fría estepa ucraniana y escondido tras una trinchera.</span></span></div>
LUIShttp://www.blogger.com/profile/13720328928225503225noreply@blogger.com0